La decisión de la SCJN sobre el amparo del SME cierra un largo y desgastador contencioso. El fin de este largo proceso tiene un efecto político doble para el gobierno de Peña Nieto. Por un lado, el cierre judicial del caso le resta al SME espacio político para exigir al gobierno una mesa de negociación en la que pudiese presionar con argumentos creíbles. Con un SME derrotado políticamente por el gobierno anterior y ahora sepultado jurídicamente por la unanimidad de la Corte, el gobierno de EPN puede optar por el poco creíble pero funcional: “perdimos licenciado y que quede claro yo no soy responsable de los clavos de su ataúd”.
Se cierra, pues, un episodio que se originó y desarrolló en la administración anterior y todo el capital político que se le pudo haber sacado lo agotó Felipe Calderón; para el gobierno de Peña ya no había más carne que extraer y en consecuencia la decisión de la Corte lo releva de abrir una mesa política en la cual tuviese que hacer concesiones o acuerdos con la gente de Martín Esparza. Al quedar jurídicamente agotado ya no hay espacio para intentar abrir otro frente al gobierno federal. La protesta se irá a las calles y al gobierno de Peña le tocará administrar subsidiariamente las movilizaciones de los electricistas, que tendrán un impacto inmediato y directo en la Ciudad de México. Por tanto será el gobierno de Mancera el que tendrá que cargar con la gestión de las movilizaciones y plantones.
Para el gobierno de Peña se abre una ventana de oportunidad para cooptar a los electricistas a través de dos mecanismos indirectos. El primero es inducir, en la medida de sus posibilidades, la gestión de lo que queda del patrimonio del sindicato en favor de algún grupo u otro. El segundo es ofrecer recontratación individualizada a aquellos trabajadores que decidan no seguir la inagotable e incierta ruta de una controversia en instituciones internacionales que no hará más que a alargar la ya muy larga agonía de los sufridos trabajadores.
En poco tiempo la SCJN ha cerrado dos expedientes polémicos (el de Cassez era otro caso) que algunos creen que ha resuelto con la lógica de la razón de Estado, yo lo dudo, pero lo que no dudo es que el carpetazo de la Corte al tema del SME es un respiro para el gobierno que no tendrá que administrar peleas pasadas con complejo de culpa.
Analista político