Ciudad de México.- La mañana del domingo 27 de marzo, el matemático y piloto Ignacio Vizcaíno Tapia salió al balcón de su casa en Bosque Real, Huixquilucan, a fumar un cigarro. Al horizonte, un helicóptero blanco con rojo aterrizaba a mil 200 metros de donde él se encontraba.
Aficionado a la aeronáutica, el hombre decidió fotografiar la nave porque le gustó y quería capturar el despegue. Momentos después, una familia con maletas en mano descendió de una camioneta, subió al otro transporte y voló. Vizcaíno comenzó a disparar el obturador en ráfaga.
“Ha de ser millonario el dueño de ese helicóptero. Es grande, cabe una familia”, pensó. Gracias a su telefoto logró captarlas con nitidez.
No fue la primera vez que Ignacio fotografiaba un transporte aéreo. Hasta ese entonces todo le parecía normal. Luego, decidió descargar la memoria de la cámara en su computadora. Fue entonces cuando todo cambió. Ampliadas las imágenes en el monitor, se dio cuenta que el helicóptero tenía el logotipo de la Comisión Nacional de Aguas (Conagua).
Vizcaíno Tapia, reconoció, “no es la primera vez que veo un helicóptero oficial aterrizar ahí. Sé distinguirlos por las matrículas, ya sabes: si es XE es que es del Gobierno, los XA para servicios públicos y XB para servicios privados. Yo siempre pensé que estaban haciendo algo oficial, sobre todo he visto uno de la Policía Federal”.
Ese mismo día publicó las fotos en Facebook. Luego se hicieron virales a tal grado que la Conagua tuvo que admitir que quien salía en la fotografía era el titular de la dependencia, David Korenfeld Federman, indicó una emergencia médica en una de sus rodillas, y por eso voló al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con familia y maletas. Agregó que ya había pagado a Tesorería el monto del traslado, sin mostrar algún recibo.
“Cometí un error inexcusable al utilizar un helicóptero para transportarme al Aeropuerto. Ofrezco una disculpa pública”, tuiteó Korenfeld Federman, luego del escándalo de las fotos.
¿En algún momento tuviste miedo?, se le inquirió a Ignacio Vizcaíno.
“Es muy indignante. Da mucho coraje que usen recursos de la Nación para su beneficio cuando hay tantas necesidades en el país. Creo que todos los mexicanos deberíamos denunciar cuando vemos abusos. Creo que si no nos dejáramos, nuestra realidad sería otra. Eso les he inculcado a mis hijos, a no dejarse, a no agacharse. Más que miedo, hubo amigos que me dijeron que no lo hiciera, que estaban preocupados porque, ya sabes, dicen que ese tipo de personas no se quedan sin hacer nada. Pero yo tengo un dicho: no puedo dejar de hacer algo por pena o por miedo”.
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