Michoacán.- Los tres principales partidos políticos (PAN, PRD y PRI) en el estado van a una elección, el 7 de junio, enmarcada en un clima de violencia controlada, permeada por el crimen organizado, pero sobre todo con el descrédito partidista a cuestas en una sociedad entrampada entre la desinformación, la crisis económica aguda, el desempleo y la corrupción.
Dos de los tres candidatos al gobierno estatal, Silvano Aureoles Conejo, del PRD, y Luisa María Calderón Hinojosa, del PAN, son viejos conocidos de los michoacanos, aunque en la pasada elección tuvieron un papel endeble frente a su principal oponente, Fausto Vallejo Figueroa, del PRI, “quien terminó por imponerse con ayuda del crimen organizado”, acusa el dirigente estatal del PAN, Miguel Ángel Chávez. Vallejo Figueroa vuelve al ataque tras el encarcelamiento de su hijo —Rodrigo Vallejo Mora— y su forzada salida como mandatario, por lo que “ha prometido cobrar venganza y pasar su poco capital político para apoyar al candidato del PRD”, asegura un diputado priísta cercano al ex gobernador.
De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), al 6 de marzo de este año existía un padrón electoral de 3 millones 473 mil 578 ciudadanos, de los cuales más de un millón 796 mil son mujeres (52%) y más de un millón 676 mil son hombres (48.29%).
Sin ningun acuerdo
Los partidos de izquierda en el estado, encabezados por el PRD, además de Movimiento Ciudadano, Partido del Trabajo y Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), enfrentan estas elecciones sin llegar a un acuerdo sólido para recuperar la gubernatura.
Excepto Morena, se prevé que una vez que arranque el periodo electoral formal en abril próximo, se sumen al candidato perredista Silvano Aureoles Conejo, quien tejió alianzas nacionales sólidas dentro y fuera de su partido, desde 2007, cuando fue senador, hasta llegar a gozar ahora de derecho de picaporte en Los Pinos.
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