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El minutero

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PRECAMPAÑA HUATUSQUEÑA

¿Alguien conoce a un burócrata llamado Juan Carlos Sirgo Martínez? Para mayores referencias es actualmente enlace administrativo de la Dirección General del Registro Civil en el estado y hermano de la ex diputada local por el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Guadalupe Sirgo Martínez, que en aquella época (1997-2000) se le conocía con el sobrenombre de la “Niña Verde”. Claro, la opinión pública no la recuerda por su labor política sino por protagonista en un escándalo de infidelidad con un diputado panista -compañero de Legislatura- cuyo matrimonio terminó en divorcio por el “affair” con la “Niña Verde”.

 En esta semana Juan Carlos Sirgo apareció en múltiples comentarios de prensa, en los que se le promociona para convertirse en candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Huatusco. Las menciones, con sospecha de ser por encargo, aseguran que el partido “se la debe” a este señor porque hace tres años fue marginado de la misma postulación. Ahora el señor se dice “candidato natural” y con derechos supremos. Es más, le exige al gobernante estatal cumplir un supuesto pacto que firmó con su antecesor, el innombrable, para no ser postulado en el 2010 a cambio de esperarse hasta el 2013.

 Sirgo Martínez utiliza una argumentación muy parecida a la muchos de los neo-priistas que presionan al gobernante estatal alegando pactos transexenales. Uno de esos casos es el del director de Pesca del Gobierno estatal, Octavio Ruiz Barroso que se encuentra en plena precampaña -a cargo del presupuesto de esa dependencia- por el Ayuntamiento de Alvarado.  Pareciera que Ruiz Barroso y Sirgo Martínez se pusieron de acuerdo pues sus acciones son similares. No sólo reclaman la candidatura como si fueran “delfines reales” sino que se valen falso altruismo para realizar precampañas aún violentando el marco jurídico.

 En Alvarado, Ruiz Barroso creó una agrupación denominada Trabajando Responsablemente por tu Bienestar (TRB, en alusión a las iniciales de Tavo, como se le conoce en aquella aldea, y sus apellidos Ruiz Barroso) y en la tierra de las chicatanas -como popularmente se le conoce a  Huatusco- Sirgo Martínez explota el nombre de su madre, la señora Luz María Martínez Vicentín pues integró una organización civil que lleva su nombre.

 Vaya, lo que es la vida, hasta fallecidas las madres siguen ayudando a los hijos que no tienen luz ni talento propios. Ahora Sirgo Martínez utiliza el  nombre de su progenitora para regalar chácharas, despensas, prometer ayuda y gestiones,  aprovechándose de que la desaparecida señora es recordada por algunos de los huatusqueños por activismo de hace décadas. Sin embargo, los hijos no heredaron la convicción de la madre pues ambos, Guadalupe y Juan Carlos, han brillado por su gris intenso.

Es más, ni siquiera le fueron leales a la militancia verde. La hermana tras ser legisladora plurinominal por el PVEM, brincó a la nómina estatal  y actualmente sigue  como subcoordinadora de Consejos Municipales y Participación Ciudadana de la Secretaría de Seguridad Pública. Empero, la señora Sirgo ya anticipó hace unas semanas que pretende regresar a la política partidista pero por el Movimiento Civilista, y su mirada está puesta en la alcaldía de Jalapa. ¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano?, le dirían los jocosos.

 Mientras tanto, Juan Carlos Sirgo cobra en la Dirección General de Registro Civil y quiere ser candidato por el tricolor en Huatusco. Lo interesante del asunto será ver si logra  anteponerse a los otros aspirantes a la misma nominación y que garantice el voto femenino. Esto último porque en el 2011 el funcionario protagonizó un escándalo de misoginia y lenguaje carretonero en las redes sociales. En su cuenta de Facebook amenazó abiertamente a una de sus ex esposas con la florida sentencia: “Hija de tu mamá que sea la última vez que molestas a mi esposa o a mi suegra no respondo…”.

 El mensaje fue reenviado un sinnúmero de veces -hasta con explicaciones adicionales- y llegó a los medios informativos. Si así se refiere a una mujer, habrá que ver qué justificación da ante el electorado femenino. Lo segundo en suspenso es que se imponga sobre el actual diputado local, Isaac González Contreras, hermano de la ex alcaldesa de ese lugar, Zaira Ochoa Valdivia y cuñado del también diputado local, Ulises Ochoa. Hasta donde se sabe, ambos ya negocian su postulación a la alcaldía huatusqueña por una eventual alianza del Partido Nueva Alianza con el tricolor.

 Este grupo que se ha enquistado en el ayuntamiento huatusqueño y presume que el actual alcalde, Miguel Ángel Sedas Castro, les debe el cargo y por ende tendrá que apoyarlos política y financieramente para seguir apoderados de la alcaldía. Adicionalmente, hay otro problema que no es menor: a  Sirgo Martínez y a los Ochoa se les puede atravesar el diputado federal Víctor Serralde Martínez -o cómo se llame en realidad- que tras ganar el distrito en los comicios del 2012 se pasea como pavorreal y se siente dueño de las futuras nominaciones panistas en la zona.

 Hay personas cercanas a él que en varios municipios vecinos ya hacen precampaña a nombre del diputado federal por ese distrito.  Entre sus allegados, Serralde -o como se apellide en realidad- anticipa que tiene la venia de la familia Yunes para decidir quién será el próximo candidato azul en Huatusco y gobernar el municipio a través de un “títere”. Claro,  si es que él mismo no se lanza a la contienda local del  mes de julio. De tal suerte aunque  el verde-rojo, Sirgo Martínez, logre la postulación del PRI, su sueño de gobernar a los huatusqueños podría verse frustrado ante un panismo echado para adelante.

 

EL MUNDO AL REVÉS

 

La popular niña argentina Mafalda, creación del caricaturista Quino, dijo hace tiempo: ¡Paren al mundo que me quiero bajar! Hoy eso lo repiten millones de personas, especialmente en aquellos países sumergidos en crisis severas de inseguridad, violencia, crisis económica y de locura de sus autoridades. México es uno de ellos. Sus autoridades han dejado en el abandono al pueblo y todo marcha al revés: lo bueno parece malo y lo malo es premiado, los que hacen el bien o son víctimas de la maldad son  ninguneados y los criminales elevados a personas probas.

 Por ejemplo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) -que no tiene  nada de “suprema” ni de “corte” ni de “justicia”- ordenó hace un par de días la liberación de la francesa Florence Cassez, integrante de la banda de secuestradores “Los Zódico” bajo el argumento de que fue atropellada en sus derechos humanos. Vaya justificación de los ministros que antepusieron las garantías de la criminal sobre el daño a las víctimas.

 Cassez, según los señalamientos de quienes fueron secuestrados por el grupo criminal, se encargaba de “cuidar” de los plagiados y en algunos casos hasta preparaba la mutilación de extremidades para enviarlas a los familiares con el fin de presionarlos para el pago del rescate. Ahora la francesa está libre y el trasfondo no es la aplicación de la justicia sino el acomodo de la misma para que el copetón Enrique Peña Nieto pagara un compromiso que hizo en diciembre pasado al presidente de Francia, François Hollande, durante su visita a París. Las víctimas de sus secuestros irán al olvido.

 En tanto, los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) negaron que el PRI haya rebasado topes de campaña y recurrido a estratagemas financieras para hacer fluir recursos indebidos al proselitismo del copetón Peña Nieto, además de  vulnerar el voto ciudadano  -con el reparto de tarjetas Soriana y Monex para comprarlo-. Para Ripley, el árbitro electoral perdona al infractor y lo define como más inmaculado que la Purísima Concepción. ¿No es el mundo al revés?

 En  la aldea, también se dan paradojas escandalosas. Uno es que mientras lo “chic” es la Cruzada contra el Hambre, en el Congreso local se acaba de aprobar el pago de pensiones millonarias a los magistrados del Poder Judicial del Estado. Un verdadero  insulto para los casi 4 millones -de los siete que hay en todo el territorio- de veracruzanos que viven con  necesidad y de ellos, un millón en pobreza alimentaria. Es decir, que no tienen asegurada la comida diaria: ni pan, ni tortillas ni frijoles mientras los ultracuestionados magistrados cobrarán mensualmente una pensión de 130 mil pesos, aún cuando la mayoría de ellos no lo merece pues ni hicieron justicia, ni honraron a la institución.

 Los jueces veracruzanos comerán caviar y beberán champaña en su jubilación dorada mientras que  hay 400 mil ancianos en Veracruz que viven abandonados, sin acceso a tratamientos médicos ni medicinas, sin un techo donde vivir,  durmiendo en el suelo, vistiendo harapos, dependiendo de la caridad pública y la mayoría de ellos condenados a terminar sus días en la ignominia. Una pensión jubilatoria de 130 mil pesos para los magistrados serviría para alimentar a mil 300 personas de la tercera edad. No cabe duda, el mundo en Veracruz está patas arriba.

 Tan caros que saldrán  estos magistrados al jubilarse -al igual que han resultado otros burócratas con pensiones millonarias- que muchos contribuyentes le echarían porras a las barbaridades dichas por el ministro de Economía de Japón, Taro Aso, que recomendó a los pensionados de su país “apurarse a morir” para ahorrarle gastos a los ciudadanos que pagan sus impuestos. Se insiste, tanto por las declaraciones del japonés Taro como por los pensionados de lujo en Veracruz la deducción es la misma: el  mundo está  de cabeza.

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