Córdoba.- El Partido Acción Nacional en Córdoba atraviesa una de sus peores crisis internas, su proceso de selección de candidato a diputado federal evidenció una lucha de grupos y recrudeció el divisionismo, para dejar la designación de su abanderado lejos de un proceso democrático, sino como una imposición.
En un inicio, las renuncias por cuestiones personales de Marisol Arróniz de la Huerta y de Lilia Angélica Torres Rodríguez, fueron la antesala de la mayor fractura panista en la zona, ahora amenazada con acciones legales de quien era el único precandidato, Antonio Pérez Vián, con su “baja” derivada de la queja interpuesta por el dirigente nacional del partido, Gustavo Madero Muñoz.
No hay candidato blanquiazul en el Distrito 16, pero hay una serie de grupos, de intereses, de luchas, y de más renuncias, como la de Juan Gerardo Perdomo Bueno, precandidato a una diputación federal por la vía plurinominal, dentro de la división panista y reacomodos políticos electorales.
De años atrás, el panismo en la zona registra grupos, divisiones, e imposiciones, sin un proceso democrático que siempre quieren aparentar ante la ciudadanía, como cuando bajaron en el año 2009 a Guillermo Santos Martínez, para designar al ex futbolista, Carlos Hermosillo, para la candidatura a la diputación local.
Ahora, vive una situación más cruda, más peleada, y ahora nada democrática. De sus tres aspirantes a la diputación por mayoría relativa, no queda ni uno, y en el aire está la imposición del candidato, sujeto a la lucha de grupos que se gesta en el panismo, para controlar el poder.
La designación del candidato a diputado vendrá a demostrar qué grupo manda dentro del panismo, y demostrar cómo se vive la imposición azul, ante la cancelación de la elección interna de hoy.