
Alejandro Aguilar
El Buen Tono
Región.- En tanto la zona se prepara para conmemorar el Día del Niño este 30 de abril, un análisis de las respuestas oficiales a solicitudes de transparencia revelan una realidad incómoda: los programas sociales destinados a la infancia se limitan a paliar el hambre, sin atacar las causas estructurales de la pobreza. Los ayuntamientos, en lugar de impulsar políticas transformadoras, reproducen un modelo asistencialista que perpetúa la dependencia y la desigualdad.
En Paso del Macho, el Sistema DIF Municipal entrega desayunos escolares compuestos por leche, cereal integral y proteínas como sardina o atún. Aunque estos apoyos son gratuitos, su alcance se reduce a comidas temporales sin garantizar acceso continuo a una alimentación nutritiva.

Guadalupe García Vallejo, directora del DIF local, admite que los recursos provienen exclusivamente del gobierno estatal, sin presupuesto municipal asignado. Es decir, no hay planes locales para fortalecer la seguridad alimentaria más allá de lo inmediato.

Tezonapa, catalogado como uno de los municipios con mayor marginación en Veracruz, atiende a 4,438 menores con programas de desayunos calientes, fríos y atención a madres en los primeros mil días de vida. Sin embargo, Carlos Alatriste, coordinador de asistencia alimentaria, reconoce que la ayuda depende de dotaciones en especie del DIF estatal, sin inversión local. “Quedamos exentos de pagar las dotaciones por nuestro nivel de marginación”, señala el oficio, lo que expone una lógica de caridad, no de derechos.
