
Laura A. García
El Buen Tono
Amatlán.- En medio de señalamientos por la opacidad y conflicto de intereses, acusaron al presidente municipal, Luis Arturo Figueroa Vargas, de promover la candidatura de su esposa, Daniela Alfaro Canseco, por el Partido del Trabajo (PT), para sucederlo en el cargo que dejará pronto.
Al respecto, la oposición y organizaciones civiles calificaron el hecho como una forma de blindar su administración de futuras investigaciones y cubrir sus cochinadas.
Fuentes cercanas al gobierno municipal afirmaron que la designación de Alfaro Canseco, quien carece de experiencia política previa reconocida, pero con esta es su segunda búsqueda por la presidencia municipal, quiere garantizar la impunidad ante las múltiples denuncias por mal manejo de recursos, y falta de transparencia durante la gestión de Figueroa Vargas.
Aunque el PT presentó el registro de Daniela Alfaro como un acto de “renovación ciudadana”, críticos manifestaron que se trata de un clásico acuerdo de cúpula para mantener el control del municipio.
“Es inaceptable que, bajo el discurso de la alternancia, se busque perpetuar un grupo de poder familiar, cuando hay cuentas pendientes en materia de rendición de cuentas”, declaró un ciudadano.
La estrategia de imponer a su esposa como candidata, según analistas, busca evitar auditorías y proteger intereses particulares, en lugar de permitir una contienda democrática con perfiles independientes.
Vecinos de Amatlán expresaron su descontento, exigieron que el proceso electoral se desarrolle sin favorecimientos.
“Rechazamos más dinastías políticas; el municipio necesita una verdadera alternativa, sin un relevo pactado”, afirmó un poblador.
La sombra del nepotismo y la opacidad ya marca el inicio de la campaña electoral en el municipio, indicaron observadores políticos.
