De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- La libertad de expresión no se negocia. Mucho menos ante aquellos que pretenden imponer el silencio para ocultar su ilegitimidad.
El pasado lunes 21 de abril, el lavador del crimen organizado, Manuel Alonso Cerezo, candidato impuesto como “promotor de la 4T” e impugnado en Córdoba, intentó, sin éxito, forzar a El Buen Tono a publicar una réplica bajo argumentos débiles, documentos incompletos y sin aportar una sola prueba que desmienta los hechos contundentes que este medio ha publicado.
Desde esta casa editorial dejamos claro que: No se niega su derecho de réplica, pero no se publicará mientras no cumpla, de manera puntual, con las exigencias legales y periodísticas que permitan garantizar la veracidad y transparencia de la información. Debe acreditar:
1. El origen lícito de su patrimonio, demostrando de manera documental de dónde salieron los recursos para la construcción de la empresa transportista TRABAL, cuando hace apenas 15 años despachaba en un modesto despacho de servicios profesionales.
2. La declaración de ingresos de los últimos 15 años, mostrando año por año el origen y monto de sus percepciones, para confirmar o desmentir la versión pública de su incuantificable fortuna.
3. El proceso legítimo de su postulación en Morena, presentando la documentación que acredite su inscripción en tiempo y forma, y la encuesta real en la que dice resultó ganador.
4. Su modo honesto de vida, tal como lo establece la Constitución para quienes aspiran a cargos de representación popular.
Sin estos elementos debidamente certificados, no puede hablarse de una réplica fundada, sino de un intento desesperado por censurar al periodismo libre.
No bastan palabras vacías ni declaraciones de buena fe. Quien aspira a gobernar Córdoba debe ser capaz de demostrar su honorabilidad, su solvencia moral y su compromiso real con el pueblo. Hasta hoy, Manuel Alonso Cerezo no ha demostrado nada.
Por el contrario, su insistencia en acallar a la prensa revela miedo, no inocencia:
Miedo a que el pueblo sepa que su candidatura fue una imposición ajena a la militancia.
Miedo a que se exponga el origen oscuro de su riqueza.
Miedo a que el periodismo libre recuerde que los impostores no tienen cabida en una transformación verdadera.
En respuesta a su solicitud y en responsabilidad con nuestros lectores, El Buen Tono ha decidido presentar denuncias formales ante la Fiscalía General de la República, la Unidad de Inteligencia Financiera y las autoridades estatales correspondientes, para que sean ellas quienes esclarezcan la verdad sobre los hechos publicados.
