
A medida que los videojuegos en línea y las redes sociales se han convertido en una parte integral de la vida diaria de muchos niños, también han abierto la puerta a un riesgo que amenaza la seguridad de las familias: los secuestros virtuales. Autoridades del Estado de México han alertado sobre cómo los delincuentes se aprovechan de la inocencia de los más jóvenes para ganar su confianza y, eventualmente, poner en peligro tanto a los niños como a sus padres.
Según Diego Migueles, encargado de la Policía Cibernética, los delincuentes crean la apariencia de amistades en juegos en línea, donde los niños interactúan sin saber con quién están hablando. Lo que comienza como una conversación inocente, rápidamente se transforma en una amenaza, ya que los criminales logran obtener información personal crucial: el nombre de la escuela, el trabajo de los padres, sus horarios y hasta los días en que los menores se quedan solos en casa.
Este intercambio de información se utiliza para manipular a las víctimas, a través de secuestros simulados que crean un ambiente de miedo. Al obtener estos datos, los delincuentes pueden contactar a los padres y exigir un rescate, bajo la amenaza de que algo les sucederá a sus hijos.
Roxana Rodríguez, una usuaria de videojuegos, expresó su preocupación al señalar que los adultos aprovechan estas plataformas para establecer contacto con niños y engañarlos. Karina Palomares, por su parte, destacó la importancia de la supervisión parental, indicando que muchos casos ocurren debido a la falta de atención de los padres, que a menudo no tienen con qué entretener a sus hijos.
Un caso reciente en Metepec, Estado de México, ilustra este modus operandi. Una menor fue engañada para salir de su casa, lo que permitió que los delincuentes contactaran a su familia y pidieran un rescate. Afortunadamente, la niña nunca fue secuestrada físicamente, pero el temor generado por las amenazas fue suficiente para generar pánico en su familia.
Para proteger a los niños de estos riesgos, las autoridades recomiendan que los padres tomen medidas preventivas, tales como:
- Revisar con quién interactúan los niños en línea.
- Supervisar los juegos en línea en los que participan.
- No dejar a los niños solos por largos periodos mientras juegan.
- Instalar controles parentales en dispositivos.
Además, es esencial que cualquier situación sospechosa sea reportada de inmediato, para colaborar con las investigaciones y evitar que más familias caigan víctimas de este tipo de delitos.
El peligro no siempre se encuentra en las calles; a veces, puede estar escondido detrás de una pantalla.
