México.- Su aparición en el popular programa de la televisión estadounidense America’s Next Top Model deslumbró al mundo y sirvió para reivindicar el vitiligo y la diversidad en la moda. En menos de un año, Winnie Harlow (1994, Toronto) ha conquistado las marquesinas de medio planeta y de la mano de la firma Desigual ha posado para Showstudio; e inmortalizada por el prestigioso fotógrafo Nick Knight, se ha convertido en una de las chicas Diesel se ha colado en el videoclip “Guts over fear”, de Eminem y Sia.
Actualmente, Winnie Harlow repite como imagen de Desigual de cara a la próxima primavera y pisa por primera vez una pasarela española en el desfile de la firma catalana.
Chantelle Brown-Young (nombre real de la modelo) ha conseguido un buen puñado de logros en tiempo récord y la enfermedad degenerativa que padece desde la infancia y que se traduce en una piel llena de manchas a causa de la desaparición de los melanocitos (células responsables de la pigmentación), lejos de suponer un problema, se ha convertido en su mejor baza.
“Me encanta ser diferente, soy yo. Si dijera que no, significaría que no me quiero a mí misma”, mencionó.
Sin embargo, las cosas no siempre fueron tan fáciles. Su enfermedad empezó a desarrollarse cuando tenía cuatro años y a los seis su cuerpo tenía más manchas que ahora. Fue el momento en el que empezó a ser consciente del problema: “Comencé a recibir muchas miradas y no sabía como manejarlas”, afirma. Como detallaba hace unos meses en una entrevista publicada por Thosegirlsarewild en Youtube, sufrió discriminación y los niños solían referirse a ella como “cebra o vaca”.
Poco queda ahora de las inseguridades que le provocaron esas palabras. Su vida ha dado un giro de 180º. Cada vez despierta el interés de más marcas, cuenta con más de 430 mil seguidores en su cuenta de Instagram y su carrera en la industria de la moda, en la que confiesa comenzó a interesarse precisamente cuando empezó a trabajar en ella, va viento en popa a toda vela.
“Me gustaría llegar a ser supermodelo. La gente ya se refiere a mí con esa palabra, pero no creo que esté aún en ese punto. Me costó aceptar, incluso, que me llamaran ‘modelo’ porque me lo tomo muy en serio”.
Aunque aún le quede un largo recorrido para que su nombre sea comparable al de top models como Gisele Bündchen o Naomi Campbell, Harlow ya ha descubierto los pros y los contras de ser mundialmente conocida.
“A veces es complicado lidiar con la fama. Hace poco me pasó una cosa muy curiosa. Estaba en California y fui a un centro comercial. Mientras compraba aproveché para hablar con el banco y gestionar algunos pagos. De repente se acercó una mujer y me preguntó si podía tomarme una foto con ella. Le dije que lo sentía, pero estaba hablando por teléfono y se fue pero la mujer volvió a insistir. Tuve que explicarle de nuevo que no era el mejor momento y a la mañana siguiente me puso en Twitter: ‘Fue genial verte en el centro comercial Winnie, pero no hace falta que finjas que hablas por teléfono’. No podía creérmelo. Ese día me hice un millón de fotos con otras personas y jamás me inventaría una conversación ficticia para librarme de posar. Soy una persona, no un producto. Soy un ser humano, tengo una vida y a veces no estoy de humor para estar rodeada de tanta gente”, relató con un tono entre divertido y trascendente.
Gran parte de su fama que disfruta y en ocasiones aborrece se la debe a Tyra Banks, pues tuvo la suerte de ser escogida en el exitoso programa America’s Next Top Model, que la supermodelo se encarga de conducir. “Hace poco Tyra me dejó un mensaje en Twitter: ‘Tú ya eras una estrella, yo solo te di una plataforma para que la gente reconociera que lo eres. Sigue haciéndome sentir orgullosa’. Significó mucho para mí”, dice orgullosa.
Como reza el título de la primera campaña mundial que protagonizó para Desigual, Los lunares derrochan actitud, la canadiense es un soplo de aire fresco al que le sobra talante para seguir reivindicando la diversidad sobre la pasarela, una situación que según confiesa está mejorando.
agencia
