
En medio de una creciente tensión diplomática, México ha rechazado enérgicamente recientes afirmaciones provenientes de medios ecuatorianos que aseguran la supuesta llegada de sicarios mexicanos a territorio ecuatoriano con el objetivo de cometer atentados terroristas.
La versión, basada en un mensaje militar fechado el 17 de abril, sostiene que tras las elecciones presidenciales en Ecuador se habría iniciado el traslado de sicarios desde México hacia ese país y otras naciones, con el presunto objetivo de atentar contra el presidente ecuatoriano, su gabinete y su equipo cercano.
Ante estas acusaciones, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México emitió un comunicado en el que calificó esta narrativa como “reiterada e irresponsable”, y condenó tanto la difusión de versiones sin pruebas como la filtración de documentos oficiales que vinculan a México con actividades criminales fuera de su territorio.
México insiste en su rechazo a la criminalización internacional sin fundamentos comprobables.
Este nuevo episodio ocurre en el marco de un conflicto diplomático entre ambas naciones, agravado desde el pasado 5 de abril cuando fuerzas ecuatorianas irrumpieron en la embajada mexicana en Quito para capturar al exvicepresidente Jorge Glas, quien había solicitado asilo político. México rompió relaciones con Ecuador y denunció el hecho como una “grave y flagrante violación al derecho internacional”.
A pesar del distanciamiento, la cancillería mexicana reiteró su compromiso con el respeto al derecho internacional y el principio de no intervención, destacando que estos valores seguirán guiando su política exterior.
