AGENCIA
Internacional.- Una declaración reciente de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, generó un inesperado intercambio de posturas con el mandatario salvadoreño Nayib Bukele, luego de que la mandataria mexicana criticara indirectamente la política de seguridad implementada por su homólogo centroamericano.
Durante un acto público, Sheinbaum aseguró que su administración mantiene un enfoque distinto en materia de seguridad y derechos humanos. “Él tiene su política y nosotros la nuestra. Yo creo que el autoritarismo y la mano dura conducen a consecuencias terribles y también a violaciones de derechos humanos”, afirmó, sin mencionar directamente a Bukele, pero haciendo evidente alusión a las polémicas medidas del presidente salvadoreño contra las pandillas.
La respuesta del mandatario de El Salvador no se hizo esperar. Fiel a su estilo frontal, Bukele respondió en redes sociales con un mensaje cargado de crítica: “Cuando una organización criminal crece sin control y se apodera de territorios enteros, es porque tiene aliados en el poder. Su mensaje es claro y directo: Si un gobierno no puede erradicar el crimen, es porque el crimen ya está dentro del gobierno”.
El intercambio de declaraciones ha reavivado el debate regional sobre los modelos de seguridad. Mientras Bukele ha sido ampliamente respaldado por sectores de la población salvadoreña por sus políticas de “mano dura”, también ha enfrentado severas críticas de organismos internacionales por presuntas violaciones a derechos humanos. En contraste, Sheinbaum se ha definido como una humanista, apostando por una estrategia más preventiva e institucional frente al crimen.
Hasta el momento, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México no ha emitido una postura oficial respecto a los dichos del presidente salvadoreño.
Esas posturas no escluyen una tercera, como es la de organizaciones criminales amparadas por inteligencias extrajeras. Con el objeto de robar la soberanía e independencia del país en que se enquistan.
¡Por eso hay tantos delincuentes en México! A los delincuentes e inadaptados no se les debe dar derechos; porque el criminal pierde sus derechos humanos cuando él mismo, con sus actos de violencia cancela los derechos humanos de los demás.
