
Redacción
El Buen Tono
Córdoba.– Mientras en otras ciudades las Unidades de Protección Civil trabajan con enfoque preventivo y criterio técnico, en Córdoba parece que la prioridad es hostigar empresas y cumplir con cuotas de inspección, más que proteger la vida de los ciudadanos.
Y no solo es negligencia, es también abuso. Comerciantes denuncian que los inspectores de Protección Civil no llegan a orientar ni a revisar condiciones de seguridad: llegan a cobrar. La extorsión disfrazada de verificación comienza desde los tres mil pesos, cantidades que para muchos pequeños negocios significan dejar de llevar comida a casa. En vez de orientar, solo buscan hostigar. Y como es el “año de Hidalgo”, esta dirección de Protección Civil –que no protege nada– parece estar enfocada en recaudar moches por todo el municipio.
Basta mirar algunos puntos críticos de la ciudad para confirmar la negligencia absoluta de esta área que debería estar a la cabeza en materia de seguridad civil. Uno de los casos más urgentes es el barandal del puente peatonal frente a la zona comercial de Plaza Cristal, donde la falta de una barra de contención amortiguadora representa un peligro latente para los automovilistas.
En comparación con otros puntos de la periferia, como en el carril con dirección a Córdoba, a la altura del distribuidor vial El Diamante, donde existen barreras tipo ‘acordeón’ que evitan que un error humano termine en tragedia. En Córdoba, en cambio, las autoridades parecen más interesadas en sancionar a pequeños comercios por extintores o señaléticas, mientras los verdaderos riesgos públicos permanecen intactos, sin mitigación ni atención alguna.
