La exencargada del Centro Integrador de Amatlán busca controlar el municipio, a pesar de su falta de preparación y el rechazo de la comunidad.
Efraín Hernández
El Buen Tono
Amatlán.- Concepción Guillermina Méndez López, quien apenas completó la secundaria, ha aprovechado la estructura de la Secretaría de Bienestar para posicionarse, a pesar de su evidente falta de preparación. Con un sueldo bruto mensual de $13,543 y un sueldo neto estimado de $10,834 pesos, su gestión se caracterizó por solicitudes constantes de incapacidades mientras eludía sus responsabilidades como encargada del Centro Integrador de Amatlán.
Ahora, esta misma persona, sin ningún arraigo en la comunidad ni conocimiento del municipio que pretende gobernar, busca tomar el control de Amatlán. Su aspiración es una muestra de la corrupción y el nepotismo que la respaldan.
Morenistas locales han señalado que su designación fue una imposición del senador Manuel Huerta, quien la colocó en el cargo sin considerar su ineptitud. “Fue una imposición que nos trae mucha molestia, nadie en el municipio la conoce ni tiene la capacidad para gobernar”, afirmó Carlos Morales, militante de Morena en Amatlán. “Lo que vemos es una maniobra más del senador Huerta para mantener el control, a costa de la gente de aquí”, añadió Mariana Hernández, otra morenista del municipio.
Hoy, Guillermina Méndez intenta aferrarse al poder y ocupar una posición clave en Amatlán, un municipio que, de ser gobernado por ella, podría sumirse en la misma corrupción que la ha acompañado.
Durante sus transmisiones en vivo desde Facebook, ha quedado en evidencia su desconocimiento absoluto de las principales calles y avenidas de Amatlán, lo que deja claro que no tiene la menor intención de servir a los ciudadanos, sino de aprovecharse de los recursos públicos para su beneficio.
