México.- El director alemán Werner Herzog dejó en la Berlinale un canto al desierto africano fílmicamente perfecto, con los estelares Nicole Kidman y James Franco sobre su alfombra roja, en una jornada cuyo héroe “en ausencia” fue el iraní
Jafar Panahi.
“Es un homenaje al desierto y los beduinos, a unos escenarios y seres demonizados por los conflictos actuales, pero que encierran una poética deslumbrante” , afirmó Herzog sobre Queen of the Desert, una superproducción rodada en inglés.
El vehículo transmisor del tributo es Gertude Bell, la escritora y exploradora británica determinada a cabalgar sobre las dunas mientras su Imperio busca repartir África como un pastel entre las potencias colonizadoras, por supuesto sin contar con sus habitantes.
“La química entre nosotros y el paisaje funcionó al instante. Contamos con el buen hacer del director. Pero también con la fuerza de la naturaleza. La nuestra y la del desierto”, resumió
Kidman, reina del filme.
“Con Nicole es casi imposible que algo pueda salir mal o que la química no funcione” , completó Franco, muy en su papel
de galán.
The Queen of the Desert recrea los tópicos de la pasión entre dos seres perfectos —Kidman y Franco—, que en lugar de apoderarse de la inmensidad de Medio Oriente aprenden su poética, mientras quienes les rodean se mueven en la cursilería colonial británica. Kidman es una heroína que, sin su amado, entregará su corazón al desierto y su intelecto al estudio de los beduinos, para tropezarse con un Lawrence de Arabia, interpretado por
Robert Pattinson.
Herzog muestra a una élite británica que ignora las reglas del juego y las diferencias entre drusos, suníes, alauitas o chiítas, por lo que quedará condenada a perder sus batallas en tierra ajena.
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