Recientemente, Raphael Glucksmann, político francés y copresidente del partido de izquierda Public Place, desató una ola de controversia al realizar declaraciones muy fuertes sobre uno de los símbolos más representativos de la relación entre Francia y Estados Unidos: la Estatua de la Libertad. En un mensaje dirigido a los seguidores de su partido, Glucksmann pidió abiertamente que “devuelvan la Estatua de la Libertad”, argumentando que el monumento, que fue un regalo de Francia a Estados Unidos hace casi 140 años, ya no debería estar en suelo estadounidense.
El mensaje de Glucksmann resuena en Francia
La postura de Glucksmann ha tenido un fuerte eco entre sus seguidores, quienes aplaudieron sus palabras. Para muchos, este gesto simboliza un reclamo hacia el país norteamericano por lo que consideran una traición a los ideales que originalmente representaba la estatua. “El monumento fue un regalo de Francia, y por lo tanto, debe regresar”, insistieron, sumándose a la controversia con una serie de declaraciones que cuestionan la postura actual de Estados Unidos en el panorama internacional.
La respuesta de la Casa Blanca
No pasó mucho tiempo para que la Casa Blanca respondiera, desestimando las declaraciones de Glucksmann. Según un portavoz oficial, Estados Unidos consideró que Francia debería estar más “agradecida” por el apoyo brindado por el país durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial, dejando entrever que el valor de la estatua también reside en la estrecha relación histórica y militar entre ambas naciones.
La postura de la UNESCO sobre la estatua
Por otro lado, la UNESCO, que tiene a la Estatua de la Libertad en su lista de tesoros del Patrimonio Mundial, aclaró que el monumento es considerado propiedad del gobierno de Estados Unidos. Según la organización, en su momento se acordó que los franceses costearían la estatua, mientras que los estadounidenses serían responsables de los gastos relacionados con el pedestal, lo que, según la UNESCO, establece un compromiso de propiedad conjunta, pero bajo la soberanía de Estados Unidos.
El futuro del “regalo”
Las declaraciones de Glucksmann no solo reavivaron el debate sobre el origen del monumento, sino que también plantean una reflexión sobre los lazos políticos e históricos entre Francia y Estados Unidos. Mientras tanto, la polémica sobre el destino de la Estatua de la Libertad parece estar lejos de resolverse, y podría convertirse en un tema de discusión dentro de los círculos políticos europeos y estadounidenses en los próximos meses.
