Agencias
México.- Un ejidatario de Teuchitlán, Jalisco, reveló que fue obligado a vender su terreno en 2012 bajo amenazas de muerte por miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). La propiedad, posteriormente convertida en el Rancho Izaguirre, fue utilizada como campo de exterminio donde al menos 1,500 personas habrían sido asesinadas.
“Vendes o tu familia paga las consecuencias”

Don Genaro Ramírez (nombre ficticio para proteger su identidad) relató al medio Eme Equis cómo fue despojado de su tierra. Según su testimonio, un grupo de hombres irrumpió en su hogar en La Estanzuela y tomó a su hija como rehén, amenazándolo con hacerle daño si no accedía a vender su parcela.
Pese a que la transacción se realizó de manera forzada, el ejidatario conservó el certificado parcelario, aunque esto no impidió que el CJNG tomara control absoluto del terreno. Poco después, comenzaron a construir una barda perimetral y un acceso con la inscripción “Izaguirre Ranch”.
Un campo de exterminio al descubierto

Años más tarde, colectivos de búsqueda documentaron el uso del rancho como sitio de desapariciones forzadas. El colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco halló crematorios clandestinos, restos humanos calcinados y pertenencias personales de las víctimas.
En 2025, autoridades fiscales exigieron a Don Genaro el pago del impuesto predial de su antigua parcela, lo que reveló que la propiedad había sido registrada como privada sin cumplir los trámites legales requeridos. Vecinos aseguran que nunca hubo una asamblea ejidal que autorizara el cambio de régimen de propiedad.
La impunidad en el caso

El rancho operó como campo de exterminio durante 13 años, en los que distintos niveles de gobierno no lograron frenar las actividades del CJNG en la zona. Desde el gobierno de Felipe Calderón hasta la actual administración de Claudia Sheinbaum, las autoridades han sido señaladas por su falta de acción.
La presidenta Sheinbaum aseguró que “no habrá impunidad” y que su gobierno no permitirá que este caso termine en una “verdad histórica”, en referencia a lo ocurrido con Ayotzinapa.
Mientras tanto, Don Genaro sigue sin justicia y la sombra del terror que se vivió en Rancho Izaguirre permanece latente en Teuchitlán.
