De la Redacción
El Buen Tono
Córdoba.- Además del enriquecimiento inexplicable de Trabal S. de R.L. de C.V., Manuel Alonso Cerezo y Luis Abella Alvarado han acumulado un notable número de propiedades y contratos gubernamentales en condiciones cuestionables.
Uno de sus predios más grandes está ubicado frente a la Central de Abastos de Amatlán, donde han aplanado cerca de 50 hectáreas y entubado un arroyo, pese a la oposición de los habitantes, quienes impidieron que se convirtiera en un centro de transferencia de residuos. Además, en otra propiedad contigua, construyeron un corralón con taller mecánico, oficinas administrativas y hasta un hotel para operadores de tráileres.
Trabal también opera un taller mecánico a 200 metros del IMSS de Amatlán, donde brinda servicio a unidades del gobierno de manera irregular y los costos de los servicios están inflados.
Además, los empresarios adquirieron dos predios adicionales en Venta Parada y San Miguelito, utilizados como corrales y con un alto valor comercial debido a su ubicación.
El origen de la fortuna de Cerezo y Abella Alvarado sigue generando sospechas, ya que en 2018 eran suplentes en una planilla electoral del PRI y ahora figuran como empresarios prominentes. Inicialmente, se rumoró que su riqueza provenía de los hijos de López Obrador, versión que fue desmentida por la falta de cercanía con ellos.
La clave de su rápida expansión podría estar en su relación con Zenyazen Escobar, quien manejó recursos millonarios en la Secretaría de Educación de Veracruz. Las recientes denuncias por desvío de fondos en la SEV y la conexión de Cerezo y Abella con el ex gobernador Cuitláhuac García, han intensificado las sospechas de lavado de dinero.
En la siguiente entrega, se analizará el intento de Alonso Cerezo de obtener la candidatura a la presidencia de Córdoba y las reacciones dentro de Morena ante su posible postulación.
