El Zócalo de la Ciudad de México se llenó de dolor y exigencias de justicia durante la jornada de vigilia organizada por activistas y familiares de personas desaparecidas en el país. Esta movilización, que tuvo lugar frente a Palacio Nacional, marcó un momento clave en la lucha por los derechos de los cientos de miles de desaparecidos, con un acto simbólico impactante: la recreación de la distribución del Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, un terreno encontrado por colectivos de búsqueda.
Los activistas utilizaron pintura blanca para delinear el rancho, compuesto por una cocina, un baño, y una caseta de vigilancia, entre otros elementos. Este acto fue una forma de visibilizar la tragedia de la desaparición forzada en el país y el sufrimiento de las familias que buscan a sus seres queridos. Durante la vigilia, decenas de personas depositaron zapatos y veladoras como símbolo de esperanza y demanda de justicia.
El evento también rindió homenaje al colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, quienes descubrieron el Rancho Izaguirre, un lugar que presuntamente funcionó como un centro de reclutamiento y exterminio para el crimen organizado. Este hallazgo ha sido un punto de partida para que los colectivos de búsqueda intensifiquen sus esfuerzos por localizar a las víctimas de la violencia en México.
Sin embargo, la protesta no estuvo exenta de tensiones. A medida que los manifestantes se concentraban frente a Palacio Nacional, un fuerte despliegue de policías de la Ciudad de México generó incertidumbre. La organización Artículo 19 denunció una “alta presencia policial” y recordó la obligación de las autoridades de respetar el derecho a la manifestación y la integridad de quienes la ejercen.
Por su parte, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) negó haber realizado un encapsulamiento de los manifestantes, asegurando que solo se había llevado a cabo una “contención” para proteger el acceso a Palacio Nacional. A pesar de la presencia policial, los manifestantes continuaron con su protesta, gritando consignas contra el gobierno y la violencia: “Policía idiota, el gobierno también te explota” y “no somos uno, no somos cien, pinche gobierno cuéntanos bien”.
La situación se tornó tensa cuando un grupo de manifestantes, algunos encapuchados, derribaron las vallas de seguridad y comenzaron un enfrentamiento con los policías. El caos aumentó cuando mujeres manifestantes empujaron a los oficiales, rompiendo sus escudos, y los policías respondieron con mayor fuerza, rodeando a los protestantes.
Los manifestantes no dudaron en expresar su ira, lanzando pintura, agua y basura contra los policías, mientras gritaban “¡Narcoestado!” y amenazaban con ingresar a Palacio Nacional.
Este incidente resalta la creciente frustración de los ciudadanos que exigen respuestas del gobierno ante la crisis de desapariciones en México, una lucha que sigue sumando víctimas, voces y, sobre todo, esperanza de justicia.
