Efraín Hernández
El Buen Tono
Fortín.- A 10 días del asesinato de Pablo a manos de un policía municipal, la inseguridad en el municipio evidencia la omisión, que también es corrupción, del alcalde Gerardo Rosales Victoria, y del regidor Primero, Orlando Rosas Sánchez, por ello deberían solicitar licencia, y dejar sus cargos lo que resta de la presente administración.
El presidente del Centro de Investigación, Difusión e Implementación sobre Asociaciones Civiles (CIDIAC), Manuel Molina Gómez, manifestó lo anterior, y añadió que lejos de asumir sus responsabilidades, los cuestionamientos y la indignación ciudadana los rebasó.
Ante la gravedad de los hechos, lo mínimo que deberían hacer es solicitar licencia y dejar sus funciones por el resto del periodo,
Subrayó que la falta de capacitación de quienes integraban la corporación fue un factor clave en la tragedia.
“Es momento de que el alcalde haga público si su cuerpo de seguridad, ahora disuelto, contaba con los exámenes de control y confianza. Y si no los tenía, que renuncie y se retire del cargo”, expresó.
Recordó que el martes pasado, la familia de Pablo entregó un pliego petitorio al edil, a fin de exigirle justicia y acciones concretas para evitar que un caso similar se vuelva a repetir. Sin embargo, Rosales Victoria incumplió con todos los puntos solicitados, lo que intensificó el malestar ciudadano.
Silencio
Hizo notar que el regidor encargado de la Comisión de Seguridad, Orlando Rosas Sánchez, sigue sin hablar sobre los cuestionamientos de su labor.
“Hasta ahora, se mantiene sin explicar qué medidas tomó desde que se suscitaron los hechos. Es igual de responsable que Rosales Victoria, porque sabía de primera mano que faltó invertir lo necesario en la Policía, y también ignoró los constantes señalamientos contra el personal”, acotó.
Ahora espera que asuman su culpa.
