De la Redacción
El Buen Tono
Río Blanco.- La incompetencia y desinterés del alcalde Ricardo Pérez García han llevado a Río Blanco a una preocupante crisis de insalubridad. El servicio de Limpia Pública, que debe ser prioridad para cualquier gobierno responsable, ha caído en un caos bajo su gestión.
Desde el inicio de la semana, la colonia Álvaro Obregón y unidades habitacionales de San Pablo y San Javier han sido abandonadas, con la basura acumulándose, desbordando las calles y generando un foco de infección. En tanto, el alcalde parece más preocupado por su imagen pública que por solucionar los problemas.
Vecinos y comerciantes han expresado su malestar ante la falta de información sobre el servicio de recolección. “Antes, el camión pasaba por la mañana, pero ahora no sabemos si va a pasar. Esta semana ha sido un caos, la basura se amontona y los perros callejeros hacen lo suyo, convirtiendo las calles en vertederos”, denunció una vecina.
La situación no es nueva; desde que Pérez García asumió la alcaldía, los problemas con el servicio de Limpia Pública han sido recurrentes. “Pregunté al operador y me dijo que los camiones están descompuestos. ¿Por qué no se han hecho reparaciones? ¿Qué hace el alcalde con los impuestos que le pagamos, si no es para mantener el servicio básico?”, se preguntó indignada Magdalena Oropeza. Es evidente que el dinero de los ciudadanos no se destina donde más se necesita.
Pobladores han perdido la paciencia con un alcalde que ha mostrado nula empatía ante las necesidades de la población. “Ricardo Pérez está sentado en su oficina mientras nuestra ciudad es un caos. No le interesa la salud ni el bienestar común, sólo su agenda personal”. Es claro que, bajo su liderazgo, la calidad de vida de los habitantes se ha visto gravemente afectada.
