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*Esto es lo que opinaba Igor Rojí de Morena *

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Por eso el malestar de las bases en Orizaba.

Hasta hace unos meses, Igor Rojí López cuestionaba públicamente a Morena por su “opacidad” y “centralismo antidemocrático”, llegando a afirmar en junio de 2023: “Este partido prometió cambiar las reglas, pero hoy reproduce los vicios del viejo régimen”. Sin embargo, en marzo de 2024, Rojí fue designado candidato-promotor de Morena para la alcaldía de Orizaba, un giro que sus detractores califican de “oportunismo puro”. Las bases morenistas denuncian que su nombramiento fue un “dedazo” impuesto por la cúpula nacional, sin consultas ni encuestas, violando los principios de democracia interna que el partido predica.

La inconformidad crece entre los militantes: “¿Cómo confiar en alguien que ayer nos criticaba y hoy quiere liderarnos? Esto es una burla a quienes creímos en el cambio”, declaró un dirigente local anónimo. El malestar refleja una contradicción flagrante: Morena, que se autoproclamó “alternativa al neoliberalismo”, hoy recurre a prácticas que condenó en el PRI y el PAN, como imponer candidatos sin respaldo ciudadano.

El caso Rojí no es aislado. En Veracruz, Morena ha replicado este modelo de imposiciones en Xalapa, Coatzacoalcos y Poza Rica, priorizando la lealtad a la cúpula sobre la coherencia ideológica. Analistas advierten que, si el partido insiste en ignorar a sus bases, su discurso de “transformación” podría quedar reducido a un eslogan vacío. ¿Es Rojí un símbolo del pragmatismo político o de la hipocresía que consume a Morena? La respuesta la darán las urnas… y el desencanto ciudadano.

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