El pasado martes, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, protagonizó un regreso espectacular al Congreso con un discurso que, aunque no era técnicamente un “Estado de la Unión”, tuvo toda la parafernalia y solemnidad de uno. En su primera intervención ante ambas cámaras desde que asumió su segundo mandato, Trump defendió con firmeza las medidas tomadas en sus primeras semanas en el poder, mientras la oposición demócrata mostraba su descontento de diversas formas, desde carteles de protesta hasta abandonos simbólicos del hemiciclo.
Un discurso que sonó a mitin
Durante casi 100 minutos, Trump repasó las prioridades de su administración, desde su cruzada contra la inmigración irregular hasta su giro en política exterior, pasando por su polémica alianza con Elon Musk y su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). El presidente no dejó pasar la oportunidad de atacar a los demócratas, defender los aranceles y reafirmar su postura expansionista, mencionando incluso sus intenciones sobre el Canal de Panamá y Groenlandia.
El tono del discurso, en ocasiones más cercano a un mitin de campaña que a un balance presidencial, reflejó la confianza de un Trump que se siente fortalecido tras su reelección. “Apenas estamos comenzando”, advirtió, mientras prometía una era dorada para Estados Unidos.
Política exterior: Un giro de 180 grados
Uno de los puntos más destacados fue su cambio de rumbo en política exterior. Trump aseguró estar trabajando para poner fin al conflicto en Ucrania, afirmando que tanto Rusia como Ucrania están dispuestas a negociar. Sin embargo, su acercamiento al presidente ruso, Vladímir Putin, y sus críticas a los aliados europeos han generado tensiones internacionales.
Además, el presidente anunció medidas como la creación de un “Domo de Hierro” similar al de Israel y la inversión en un nuevo astillero militar, mientras China anunciaba un aumento del 8% en su presupuesto militar para 2025.
La guerra comercial y los aranceles
Trump no dejó de lado su guerra comercial, anunciando aranceles recíprocos para todos los países que impongan tasas a los productos estadounidenses. “Los aranceles son para hacer Estados Unidos rico otra vez”, afirmó, mientras criticaba a México y Canadá por no hacer lo suficiente para detener el flujo de drogas e inmigrantes.
Elon Musk y los recortes de DOGE
El magnate tecnológico Elon Musk, presente en el hemiciclo, fue uno de los protagonistas indirectos del discurso. Trump elogió los recortes impulsados por Musk en el DOGE, destacando supuestos ahorros millonarios en gastos gubernamentales. Sin embargo, los demócratas no tardaron en criticar estas medidas, advirtiendo que podrían afectar programas sociales clave como la Seguridad Social.
La oposición demócrata: Protestas y divisiones
Mientras Trump hablaba, la oposición demócrata mostró sus divisiones. Algunos legisladores abandonaron el recinto con camisetas que decían “RESISTE”, mientras otros levantaron carteles de protesta. El congresista Adriano Espaillat, en su réplica en español, acusó a Trump de “mentir y generar un ambiente de terror”, criticando sus políticas migratorias y económicas.
La senadora Elissa Slotkin también respondió al discurso, advirtiendo que las políticas de Trump podrían llevar al país a una recesión. “Prefiere ser cercano a dictadores como Putin y patear a nuestros aliados en los dientes”, afirmó, en referencia al giro en política exterior del presidente.
Inmigración: Un tema central
La inmigración fue uno de los ejes del discurso. Trump defendió su ofensiva fronteriza, asegurando que las llegadas irregulares han alcanzado su nivel más bajo en la historia. Sin embargo, sus medidas han sido criticadas por su dureza y por el impacto en comunidades migrantes. El presidente también mencionó casos trágicos, como el de Jocelyn Nungaray, una niña asesinada supuestamente por inmigrantes indocumentados, para justificar su postura.
El tema trans y las políticas “woke”
Uno de los momentos más controvertidos del discurso fue cuando Trump abordó el tema de las políticas “woke” y los derechos de las personas trans. El presidente anunció que pedirá al Congreso que criminalice los cambios de sexo en menores de edad, afirmando: “Nuestro mensaje a cualquier niño de EE.UU. es: eres perfecto como Dios te ha hecho”.
Trump también presumió de su decreto para prohibir que las mujeres trans participen en deportes femeninos y de la expulsión de personas transgénero del Ejército. “Nuestros miembros en servicio no serán activistas, sino combatientes”, aseguró. Además, criticó las políticas de inclusión y paridad en el Gobierno y el Ejército, afirmando que las promociones se basarán en la competencia y no en la raza o el género.
El presidente también se refirió a Payton McNabb, una jugadora de voleibol que se ha convertido en una activista antiderechos trans, como un ejemplo de lo que él llama una “revolución de sentido común”. Trump insistió en que solo hay dos géneros, hombre y mujer, y prometió eliminar cualquier financiación a terapias de transición o afirmación de género.
El cierre: Un llamado a la grandeza
Trump cerró su discurso con un mensaje optimista, prometiendo que Estados Unidos vivirá su “era más grande y exitosa”. “El sueño americano es imparable”, afirmó, mientras los demócratas abandonaban el recinto en señal de protesta.
Conclusión
El discurso de Trump ante el Congreso no solo marcó el tono de su segundo mandato, sino que también evidenció las profundas divisiones políticas que caracterizan a Estados Unidos en la actualidad. Mientras el presidente promete una era dorada, la oposición advierte sobre los riesgos de sus políticas, especialmente en temas como la inmigración, los derechos trans y las políticas “woke”.
¿Estados Unidos está realmente al borde de un renacimiento sin precedentes, o se encamina hacia una crisis aún mayor? El tiempo lo dirá, pero por ahora, el trumpismo sigue dominando la escena política, con un enfoque que polariza tanto a nivel nacional como internacional.
