Sandra González
EL BUEN TONO
Orizaba.- Con cartulinas, pintas en muros y el cierre momentáneo de la calle Oriente 9, familiares, amigos y estudiantes exigieron justicia por el asesinato de Pablo Ortigoza Martínez, joven estudiante y deportista, quien fue abatido a balazos por un elemento de la Policía Municipal de Fortín.
Su madre, Isabel Martínez Sandoval, denunció que el arma larga utilizada por el uniformado fue proporcionada por el alcalde Gerardo Rosales Victoria. Además, cuestionó la prisión preventiva oficiosa de un año impuesta al responsable, asegurando que no es necesaria cuando “no tienen los elementos suficientes para defenderse”.
Afirmó que Pablo no llevaba ningún arma y que, al intentar correr, el policía le disparó. La indignación de la población los llevó a exigir la salida de la Policía Municipal de Fortín y su reemplazo por la Secretaría de Marina-Armada de México.
Estudiantes de Orizaba se sumaron a la protesta desde un instituto educativo, gritando: “No estamos todos, nos falta Pablo, nos robaron a un compañero, a un amigo. No era un delincuente, era un joven con sueños. Nos da miedo saber que esto le puede pasar a cualquiera”, expresó una de las manifestantes.
En las cartulinas se leían mensajes como “¿Quién nos cuida de la policía?” “En todas partes hay policía, justicia en ningún lado”. “Somos la voz que le arrebataron a Pablo”. Una de las participantes señaló que el miedo hacia la policía está creciendo entre la juventud. “Es aterrador. Ya no sabemos si en un levantón volveremos a nuestras casas. Nos paran, nos revisan sin razón, y a veces las camionetas de los policías se cierran a los jóvenes sin motivo”.
Tras la denuncia pública, surgieron más testimonios sobre abusos policiales en Fortín, lo que alimentó el rechazo de la ciudadanía hacia la corporación.
