De la Redacción
El Buen Tono
AMATLÁN.- Como si los ciudadanos fueran ciegos y no se dieran cuenta de sus artimañas, el alcalde Luis Arturo Figueroa Vargas ahora finge ser el gran benefactor de Amatlán, anunciando obras públicas cuando le quedan apenas unos meses en el cargo. Pero nadie le cree: si no hizo nada en años, ¿por qué hasta ahora? La respuesta es obvia: ya vienen las elecciones y quiere seguir saqueando el municipio a través de su esposa, Daniela Alfaro Canseco.
Jesús Lezama Trujillo, director de Obras Públicas, confirmó que ni siquiera tienen asegurado el dinero del Fondo Especial de Obra Pública, pero que la orden es “hacer obra en todas las comunidades”. ¿Y los otros años? ¿Dónde estaban? Claramente, lo único que les interesa es exprimir hasta el último centavo antes de irse. Esto no es trabajo para el pueblo, es un asalto descarado a las arcas municipales.
Pero lo peor es la maniobra política que han montado. Militantes de Morena han denunciado que Figueroa Vargas intenta imponer a su esposa como la próxima alcaldesa. Para disimular, registraron a su suegra, Susana Canseco Sánchez, como aspirante, pero un audio filtrado en redes sociales destapó la farsa: su tía, Ignacia Canseco, alias “La Nacha”, admite que el registro de su hermana es un truco y que la verdadera candidata será Daniela Alfaro Canseco. Es un insulto para los ciudadanos, que están hartos de que siempre intenten verles la cara.
Mientras este ladrón y su familia se preocupan por sus negocios sucios, la inseguridad tiene a la gente aterrada. Hace unos días, una vendedora de hotdogs fue asesinada a balazos en su puesto, y un taxista de Córdoba murió, tras ser baleado en un asalto. Ahora, la comunidad de Peñuela vive con miedo, pero el presidente municipal no mueve un dedo porque está demasiado ocupado con su circo electoral.
