De La Redacción
El Buen Tono
Región.- La temporada de incendios forestales inició el 15 de enero, y en menos de dos meses, Veracruz ya suma 12 siniestros. Lo alarmante es que cinco de ellos ocurrieron en apenas una semana, entre el 12 y el 19 de enero, lo que representa casi la mitad de los incendios registrados en lo que va del año.
De acuerdo con el Concentrado Nacional de Incendios, 11 de estos incendios fueron intencionalmente y uno más por descuido de fumadores. Para contenerlos, 395 brigadistas han tenido que arriesgar su vida, enfrentando el fuego con recursos limitados y sin el equipo adecuado, porque las autoridades prefieren robarse el recurso antes de invertir en equipo vs incendios.
Las consecuencias ya son evidentes: seis hectáreas de flora y fauna destruidas y el desplazamiento forzado de especies, alterando el equilibrio ecológico de la región. Pero el panorama es aún más preocupante si consideramos la corrupción gubernamental.
En 2024, Veracruz perdió 13 mil hectáreas por incendios forestales. Para este año nada los municipios nada han hecho para evitar que se repita la tragedia. Los alcaldes salen a declarar que “están preparados”, pero no existe un plan real de prevención, no hay más brigadistas, no se invirtió en aviones ni helicópteros cisterna, y los recursos para esos fines simplemente ‘desaparecieron’, se los robaron.
En otros países se han reforzado las estrategias de combate al fuego, pero en México la historia se repite con la misma incompetencia. Cada año, los incendios regresan y la única respuesta de los gobiernos municipales es la improvisación. Cuando se les cuestiona sobre su “preparación”, responden: “ya veremos en lo que se ofrezca”.
El dinero para enfrentar esta crisis existe, pero no se usa para lo que debería. En lugar de destinarlo a infraestructura y tecnología contra incendios, se va en corrupción y opacidad.
