De la redacción
El Buen Tono
Amatlán de los Reyes.— Ciudadanos del municipio han señalado a la presidenta del DIF de Amatlán, Daniela Alfaro Canseco, de corrupción, desvío de recursos y un manejo discrecional de la administración pública. Además de ser acusada de ejercer su cargo con despotismo, su nombre ha sido relacionado con prácticas de nepotismo y el uso indebido de fondos municipales en beneficio personal y político.
Las denuncias apuntan a que Alfaro Canseco, esposa del presidente municipal Arturo Figueroa Vargas, ha utilizado al DIF como una extensión de su proyecto político, empleando recursos públicos para promover su imagen y mantener el control dentro del Ayuntamiento. De acuerdo con reportes del Órgano de Fiscalización Superior de Veracruz (ORFIS), el gobierno municipal ha incurrido en irregularidades en contratos por más de cinco millones de pesos, mientras la obra pública de importancia sigue ausente en la comunidad.
Lejos de atender las necesidades de los sectores vulnerables, la presidenta del DIF ha sido señalada por trabajadores del Ayuntamiento como la verdadera líder del gobierno municipal, imponiendo su voluntad con un carácter autoritario. A la par, de acuerdo con información recabada por personal de la SEV, está funcionaria sigue cobrando un salario como maestra de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), a pesar de que no ejerce el cargo, lo que refuerza las acusaciones de ser una “aviadora” dentro de la nómina estatal.
