En un movimiento político sin precedentes, el presidente Donald Trump ha firmado una orden ejecutiva que marca el inicio de una drástica reestructuración del gobierno federal, con la ayuda de su principal asesor en este esfuerzo: el magnate Elon Musk. La medida busca identificar empleados gubernamentales prescindibles y eliminar funciones consideradas innecesarias.
La escena en el Despacho Oval fue inusual: Musk, acompañado por su hijo de 4 años y luciendo una gorra de “Make America Great Again”, respondió a las preguntas de los periodistas con su ya característico estilo desafiante. “No se puede tener una burocracia federal autónoma. Tienes que tener una que responda a la gente”, declaró el CEO de Tesla y propietario de X, subrayando su compromiso con la causa.
DOGE: El Equipo de Musk Operando en Secreto
Elon Musk lidera el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés), un organismo que, hasta el momento, ha operado con un nivel de opacidad inédito. Sin detalles sobre su personal, ubicación o metodología, DOGE ha sido objeto de críticas por la falta de transparencia en sus operaciones.
A pesar de esto, Musk se muestra confiado y desafiante frente a los cuestionamientos: “Espero que me examinen y que me hagan un examen proctológico diario”, afirmó. La orden ejecutiva establece una norma radical: por cada cuatro empleados que se retiren, solo podrá contratarse a uno nuevo, lo que podría derivar en despidos masivos y el cierre de agencias enteras. Sin embargo, se eximirán de estos recortes a aquellos trabajadores cuyo rol sea crítico en seguridad nacional, cumplimiento de la ley e inmigración.
Un Billón de Dólares en Ahorros: La Meta de Musk
El multimillonario también se ha comprometido a encontrar un billón de dólares en ahorros gubernamentales a través de la eliminación del despilfarro y la corrupción. Sin embargo, la oposición no ha tardado en reaccionar. Sindicatos y empleados federales han expresado su preocupación por la estabilidad laboral y la legalidad de estos recortes.
Los tribunales han bloqueado algunas de las iniciativas de Musk y Trump, incluyendo la reubicación de empleados de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional y el acceso del magnate a sistemas financieros sensibles del Tesoro. Ante estos frenos legales, Musk ha arremetido contra los jueces, calificando sus fallos como parte de un “golpe judicial” y cuestionando la interferencia del poder judicial en lo que considera “la voluntad del pueblo”.
Conflictos de Intereses y el Futuro del Plan
A pesar de los cuestionamientos sobre posibles conflictos de intereses -ya que SpaceX, propiedad de Musk, mantiene contratos millonarios con el Pentágono-, Trump defiende su colaboración con el empresario. “Si pensáramos que hay una falta de transparencia o un conflicto de intereses, no le dejaríamos hacer esto”, aseguró el presidente.
Mientras el destino de estas reformas sigue en el aire, la administración Trump y Musk continúan su lucha para reducir la burocracia. La polémica está servida y las próximas semanas podrían definir si esta revolución gubernamental se concreta o se convierte en otra batalla judicial sin fin.
