Agencias
México.- Un operativo del Instituto Nacional de Migración (INM) realizado en la madrugada del 18 de enero desató caos en un campamento migrante ubicado al sur de la ciudad, que quedó reducido a cenizas. Más de 100 elementos de diversas corporaciones, apoyados por seis autobuses, llegaron para deportar a los migrantes. En respuesta, los residentes del campamento iniciaron un enfrentamiento, lanzando piedras y palos, y prendieron fuego a sus viviendas de madera y cartón, creando una barrera de llamas que dificultó el acceso de las autoridades.
El despliegue de la Policía Municipal, Estatal, Antimotines, Guardia Nacional y Ejército Mexicano fue necesario para controlar los disturbios. El Cuerpo de Bomberos logró sofocar el incendio antes de que afectara instalaciones cercanas como una tienda Oxxo y una fábrica. Sin embargo, varios migrantes aprovecharon el caos para escapar por la parte trasera del campamento. Aún se desconoce el número exacto de migrantes detenidos o si hubo personas lesionadas, aunque se reportaron daños en vehículos policiales y de bomberos.
El incidente generó preocupación entre los vecinos de la zona, quienes expresaron temor por la seguridad de la comunidad ante los disturbios. Las autoridades aún no han emitido un balance oficial de lo sucedido, pero se espera que en las próximas horas se dé información sobre el número de migrantes afectados y las acciones a seguir para abordar la situación en la ciudad. El campamento había sido un punto de llegada para migrantes, principalmente de Centroamérica, durante varios meses.