La reciente tragedia de los incendios forestales en Los Ángeles no solo dejó a miles de personas sin hogar, sino que también afectó a incontables animales de compañía, que, en su mayoría, no podían ser evacuados junto a sus dueños debido a la velocidad con que se propagaba el fuego. Sin embargo, en medio de la devastación, surgió una historia de esperanza gracias a la rápida intervención de la doctora Annie Harvilicz, veterinaria con más de 15 años de experiencia y dueña de una clínica en la zona.
Cuando los incendios amenazaban con consumir la ciudad, Harvilicz, que recientemente había mudado su hospital veterinario a una nueva ubicación más amplia, observó que el antiguo edificio aún estaba disponible. Con el corazón lleno de determinación, vio una oportunidad para ayudar a los animales necesitados. “Mi hospital veterinario tenía varias salas vacías. Pensé: ‘Podemos poner animales en todas estas salas’”, dijo Harvilicz en una entrevista con Time.
Actuando rápidamente, Harvilicz publicó una llamada de emergencia en Facebook ofreciendo refugio para aquellos animales afectados por los incendios. Desde el jueves pasado, su clínica en Marina del Rey se ha convertido en un hogar temporal para perros, gatos, un conejo, una tortuga y hasta ocho gallinas, además de recibir solicitudes de más animales en peligro. “Tuvimos una situación única”, explicó, reconociendo la oportunidad de ofrecerles un lugar seguro ante lo inesperado.
La intervención de Harvilicz se suma a los esfuerzos de organizaciones como la Sociedad Protectora de Animales de San Diego y la SPCA de Sacramento, que también tomaron medidas para resguardar a los animales atrapados en las zonas afectadas. A pesar de sus esfuerzos, la Sociedad Protectora de Animales informó que sobrepasó su capacidad de refugio en un 125% debido a la gran cantidad de perros en busca de un lugar seguro.
“Nos sentimos devastados”, declaró Jordan Frey, director de la Sociedad Protectora de Animales, a USA Today. A medida que los incendios continúan arrasando con la ciudad, la comunidad local sigue mostrando solidaridad, y el trabajo de personas como la doctora Harvilicz resalta como un faro de esperanza en tiempos de angustia.
La historia de estos animales rescatados, lejos de ser una simple anécdota, nos recuerda la importancia de la compasión y el trabajo en equipo durante momentos de crisis, cuando cada vida cuenta.