Este 2025 marca un hito importante en la conservación de la mariposa monarca: se cumplen 50 años desde que se descubrió su migración en el cerro Pelón, ubicado en Zitácuaro, Michoacán. Esta maravilla de la naturaleza, que recorre más de 4,000 kilómetros desde Canadá hasta los bosques de Michoacán, ha dejado una huella en la historia de la conservación ambiental.
Desde 1975, los municipios de Senguio, Ocampo y Angangueo han trabajado juntos para proteger este fenómeno natural que cautiva a científicos y turistas de todo el mundo. En el corazón de esta celebración, la presidenta municipal de Angangueo, María Hilda Domínguez García, destacó la importancia de seguir luchando por la preservación de este icónico insecto migratorio.
“Nos compromete a sumar esfuerzos, incrementar las tareas de protección y conservación del fenómeno migratorio”, comentó Domínguez García.
A pesar de los esfuerzos, la situación de la mariposa monarca no es tan brillante como en años anteriores. Según datos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, las colonias de mariposas en los bosques de Michoacán y el Estado de México se han reducido en casi un 60% durante el último invierno.
Los pobladores locales, quienes han dedicado su vida a la conservación de estas mariposas, señalan que el uso de pesticidas y la deforestación son los principales responsables de la disminución en el número de colonias.
“Nos hemos dado cuenta de que las fumigaciones y las químicas están afectando a las mariposas, ya no llegan como antes”, compartió Silvia Olmos, integrante de la Reserva de la Biósfera.
Luis Martínez García, también integrante de la Reserva, añadió: “Recuerdo cuando era niño, había una colmena gigante, pero ahora apenas llega un 30%”.
A pesar de los desafíos, las autoridades de Michoacán siguen comprometidas con la causa. Se han realizado importantes inversiones en el Fondo Monarca, y se ha implementado vigilancia satelital para prevenir la tala clandestina que pone en riesgo estos santuarios naturales.
El viaje de la mariposa monarca es, sin lugar a dudas, un testimonio de la maravilla de la naturaleza. Desde Canadá, recorren más de 4,000 kilómetros hasta llegar a Michoacán, donde encuentran un refugio ideal en sus bosques, que cubren 5.6 hectáreas. Este fenómeno migratorio no solo es un tesoro natural, sino también un recordatorio de la importancia de seguir luchando por la protección de nuestro entorno.