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Dos Bocas opera apenas a 9% de su capacidad

Superiberia

Agencias

México.- Bien se dice que quien olvida la historia corre el riesgo de repetirla. Y así sucede con la prometida refinería “Dos Bocas”, que, tras ser anunciada como la solución para lograr la autosuficiencia energética de México, se enfrenta ahora a una realidad muy distinta a la que se había planteado. El objetivo de producir 280,000 barriles diarios de refinados para bajar los precios de la gasolina a 10 pesos por litro y evitar la importación de combustibles ha quedado en el olvido.

Hoy, “Dos Bocas” opera apenas al 9.4% de su capacidad, según datos oficiales proporcionados por Pemex. La refinería, ubicada en Tabasco, fue inaugurada en 2024, pero su funcionamiento ha estado lejos de cumplir con las expectativas. De hecho, se espera que alcance un funcionamiento “normal” recién en 2027, lo que significa que aún se necesitan nuevas inyecciones de capital para cubrir los costos adicionales que ya superan los 168 mil millones de pesos invertidos, más del doble de lo inicialmente estimado.

La pregunta obligada es: ¿A quién culpar? Desde que la refinería Olmeca, como se le conoce, comenzó a construirse, ya se presagiaban complicaciones. Hoy se confirma que la planta apenas produce 26,259 barriles diarios de petrolíferos, muy por debajo de su capacidad de procesamiento de 280,000 barriles diarios. Esta cifra es incluso inferior al volumen de crudo que Pemex exporta a Cuba.

Los números de la refinería son alarmantes. En agosto de 2024, alcanzó su punto más alto de operación con un 17% de su capacidad, pero para noviembre, esa cifra cayó a tan solo 5%, e incluso en octubre no se procesó ni un solo barril. A esto se suman problemas técnicos, como un incidente eléctrico en septiembre que obligó a la refinería a detenerse, según informes entregados a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC).

Las promesas incumplidas siguen siendo un tema central. En junio de 2024, el entonces director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, afirmó que para agosto de ese mismo año la refinería operaría a plena capacidad. Sin embargo, expertos como Ramsés Pech advierten que la planta podría alcanzar su funcionamiento completo hasta 2027, lo que incrementaría aún más los costos, que ya ascienden a 20,168 millones de dólares, más del doble de lo inicialmente presupuestado.

El diseño y la ejecución del proyecto han sido objeto de críticas desde su inicio. En 2019, ninguna empresa privada aceptó construir la refinería bajo los términos establecidos por el gobierno, lo que llevó a que el proyecto fuera apartado de los procesos de licitación y transparencia. Según Edmundo Gamas, director del Instituto Mexicano de Desarrollo de Infraestructura (Imexdi), “Es un proyecto absurdo que se planeó con una plataforma de producción de 2.6 millones de barriles diarios de extracción, pero ahora la base es de solo 1.8 millones de barriles”. Esto refleja fallas estructurales tanto en la planeación como en la ejecución.

Además de estos problemas, Pemex enfrenta una serie de desafíos, como la caída de su producción, el robo de combustibles, adeudos con proveedores y una deuda financiera que supera los 100,000 millones de dólares. La falta de transparencia en el manejo de este proyecto y la ausencia de una verdadera estrategia energética han dejado una huella negativa en la administración.

En resumen, “Dos Bocas” se ha convertido en un símbolo de la ineficiencia y los fracasos de uno de los proyectos más ambiciosos de la Cuarta Transformación. El costo de esta refinería podría haber financiado no solo una, sino varias plantas más eficientes y ecológicas. Al final, la promesa de autosuficiencia energética, que en su momento se consideraba clave para la independencia energética del país, se desvanece en un mar de inversiones fallidas y promesas incumplidas.

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