De la Redacción
El Buen Tono
Fortín.- El tramo carretero de la avenida 16 prolongación de la calle 2 que conecta con la carretera federal Fortín-Huatusco, tiene ya daños visibles a pesar de que sólo tiene 13 meses de que la inauguraron, acusaron conductores.
Consideraron que se trata de un fracaso de ingeniería y administración, que refleja desdén por la calidad de los materiales que utilizan, y por el bienestar de los ciudadanos.
El proyecto, que debió ser una mejora para la infraestructura de la región, es ahora un testimonio de la descomposición que prevalece en la gestión del alcalde, Gerardo Rosales Victoria, añadieron.
La culpa del desastroso resultado es de la mala ejecución, que se liga a la corrupción que rodea al ayuntamiento.
La empresa encargada de la construcción es la favorita del edil, cuyo dueño, Carlos Melo Uscanga, tiene una relación personal y profesional con el director de Obras Públicas, Enrique Gaspar Falcón.
Corrupción
Tal red de compadrazgo y favoritismo es un detalle secundario, se trata del núcleo de un entramado corrupto que llevó a la asignación de contratos sin licitación, a la entrega de obras mediocres y a la continua falta de responsabilidad, manifestaron los quejosos.
Gaspar Falcón, a quien se le observa cotidianamente en el restaurante de Uscanga, y su socio Eduardo Sánchez, se beneficiaron de los trabajos de la carretera, pero también tiene intereses en la urbanización de fraccionamientos en Tlacotengo, propiedad de Rosales.
¿Cómo es posible que una obra pública de tal magnitud se adjudique sin ningún tipo de control o supervisión?, cuestionaron.
Es claro que aquí la autoridad dejó de lado el bien común por el enriquecimiento personal de un pequeño círculo de poderosos que, con el amparo del alcalde, despojan al pueblo de sus recursos.
Gastos
Destacaron que los ciudadanos deben enfrentar las consecuencias de una obra mal hecha.
El hecho de que la carretera haya tenido que ser puesta nuevamente en reparación, únicamente 13 meses después de que la terminaron, generó un caos vial sin precedentes en el área.
El tráfico, que ya era un problema para los conductores, empeoró considerablemente a partir de la obra.
Las quejas que existían antes sobre la lentitud del tráfico se multiplicaron, pues ahora los usuarios deben lidiar con parches y reparaciones, lo que crea aún más demoras en su desplazamiento.
Lo más indignante, subrayaron, es que, según las autoridades, la carretera “ya estaba lista”, pero claramente es lo contrario.
Se trata de otro ejemplo del desinterés por entregar proyectos de calidad, y del descaro con el que manejan los recursos públicos.