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La silla vacía de Rosa Angélica: una Navidad marcada por la ausencia

Superiberia

En estas fiestas decembrinas, mientras las luces y los villancicos adornan los hogares, Rosa Angélica García Saucedo enfrenta un dolor que ha marcado su vida durante los últimos 12 años. En su mesa, hay una silla vacía que permanece como un recordatorio imborrable de la desaparición de su hijo, Jaime César Álvarez García.

Desde el 6 de enero de 2012, cuando Jaime César desapareció en Piedras Negras, Coahuila, Rosa Angélica se convirtió en madre buscadora. Año tras año, la Navidad se ha transformado en un momento de reflexión y resistencia. “Es un mes muy difícil porque a partir de que nuestros seres queridos desaparecieron, para nosotros no hay nada que festejar”, confiesa.

A pesar del paso del tiempo, Rosa mantiene el espacio de su hijo en la mesa familiar. “Estamos reunidos, pero hay una silla que está vacía”, dice, con una mezcla de dolor y esperanza. Jaime César, ingeniero en máquinas y herramientas, vivía en Dallas, Texas, desde 2004. Cada diciembre regresaba a Saltillo para celebrar con su familia, pero ese último viaje en 2012 terminó abruptamente en Piedras Negras, donde desapareció sin dejar rastro.

Rosa recuerda con cariño cómo Jaime llegaba emocionado para las fiestas decembrinas. “A punto de cumplir 13 años de no estar en casa, 13 años que no lo abrazamos, que no lo besamos, que no le decimos que lo amamos”, expresa con lágrimas contenidas.

A pesar del dolor, Rosa ha transformado su sufrimiento en fuerza. “Desde el dolor lo convierto en lucha para seguir adelante y ser portadora de la voz de mi hijo”, señala. Como madre buscadora, se ha unido a otras familias que comparten su tragedia, formando una red de apoyo que no solo busca respuestas, sino también justicia y esperanza.

Jaime César desapareció cuando regresaba a Dallas, tras pasar las fiestas con su familia. Su último contacto fue en Piedras Negras, donde se perdió toda señal de su celular. Desde entonces, Rosa Angélica no ha dejado de buscarlo. Su historia, como la de miles de familias en México, es un testimonio de la crisis de desapariciones que afecta al país y del amor inquebrantable de una madre que no se rinde.

En cada Navidad, mientras otros celebran, Rosa enfrenta el vacío con dignidad y determinación, recordándonos que la justicia y la verdad son regalos que no debemos dejar de exigir.

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