AGENCIA
Ocuilan, Méx.- La extracción de heno y musgo en los bosques del Estado de México, particularmente en la zona boscosa de Ocuilan, ha provocado la desaparición de estas plantas en varios puntos de la región, afectando gravemente el ecosistema local. Desde hace varios años, estas plantas se han convertido en un elemento clave durante las festividades navideñas, lo que ha impulsado su recolección masiva, principalmente por personas de municipios cercanos como Santiago Tianguistenco, Malinalco, Tenango, Tenancingo y Joquicingo.
Nelson Ríos Rea, director de Desarrollo Agropecuario de Ocuilan, explicó que esta extracción comercial ha generado una ganancia neta del 100 por ciento (%) para los vendedores, sin considerar el impacto ambiental. “Actualmente, el heno y el musgo se extraen de manera desmedida, lo que no solo afecta a las plantas, sino también a la biodiversidad de la región. Estas especies son cruciales para mantener la humedad en los bosques, y al eliminarlas, se perjudica el ecosistema”, señaló.
La temporada de recolección va del 20 de noviembre al 27 de diciembre, período durante el cual se extraen toneladas de heno y musgo no solo para el Estado de México, sino también para Morelos, debido a la cercanía entre ambos estados. A pesar de que la extracción está prohibida, algunos comerciantes, respaldados por comuneros que alegan “usos y costumbres”, continúan con esta práctica sin los permisos correspondientes.
“Ya hemos encontrado zonas donde no queda heno ni musgo. A pesar de que estas plantas forman parte de las costumbres locales, la recolección ha sobrepasado los límites, llevando a una pérdida considerable de estos recursos”, comentó Ríos Rea.
El impacto económico de esta actividad es significativo para las familias involucradas en su comercialización. No requieren inversión alguna, ya que el heno crece de manera natural, y por cada bulto o paca venden entre 50 y 120 pesos, dependiendo del tamaño. Sin embargo, esta actividad se está llevando a cabo con fines puramente económicos, sin considerar las repercusiones para el medio ambiente.
Ríos Rea concluyó que, aunque la recolección de estas plantas era una actividad tradicional y sustentable en el pasado, hoy en día se ha convertido en un negocio lucrativo que está dañando irreversiblemente los ecosistemas de los bosques mexiquenses.
