Los aficionados del Puebla vivieron una noche agridulce durante el duelo de ida de la final del torneo Apertura 2024. El Estadio Cuauhtémoc, emblemático hogar de La Franja, perdió temporalmente su identidad al convertirse en el escenario donde América fungió como local. Los colores azul y amarillo inundaron gradas, pasillos y hasta el túnel rumbo a la sala de prensa, generando un contraste que no pasó desapercibido para los seguidores del equipo poblano.
Una final marcada por la logística
América no pudo recibir a los Rayados de Monterrey en el Estadio de la Ciudad de los Deportes, su sede temporal esta temporada debido a las remodelaciones del Estadio Azteca. Esto, porque en la Monumental Plaza de Toros México, ubicada a un costado, se celebraba la tradicional corrida por el Día de la Virgen de Guadalupe. Por reglamento de protección civil, no pueden realizarse dos eventos masivos simultáneamente en la misma zona.
Ante esta situación, las Águilas encontraron en el Estadio Cuauhtémoc su solución, transformándolo completamente en un espacio que resonara con su identidad y motivara a sus jugadores. Las gradas lucieron sus colores, y el túnel de acceso al campo estuvo adornado con imágenes de futbolistas en jugadas icónicas y celebraciones de la temporada, proyectando confianza y optimismo.
Antecedentes que dejaron huella
La decisión de América de adaptar un estadio ajeno no es nueva, pero ha generado controversia en el pasado. En el Apertura 2018, los azulcremas fueron locales en el Estadio Nemesio Díez de Toluca para enfrentar a los extintos Tiburones Rojos de Veracruz debido a las malas condiciones del campo del Azteca. Esa experiencia fue recordada por Francisco Suinaga, presidente ejecutivo del Toluca, como un error:
“Había demasiado amarillo. Se invadió demasiado la localía y la afición lo tomó como una agresión. Esto dejó claro que nunca será agradable prestar el estadio,” comentó en su momento.
En esta ocasión, la historia se repitió con matices similares en Puebla.
¿El Cuauhtémoc, nuevo hogar de América?
América, que busca su tercer título consecutivo, podría estar proyectando un futuro en el Estadio Cuauhtémoc. Aunque la relación con la afición local ha sido compleja, la noche dejó claro que las Águilas están dispuestas a adaptar cualquier espacio a su favor.
¿Será este estadio su casa para el próximo torneo? El tiempo lo dirá, pero mientras tanto, el América sigue marcando su territorio en busca de consolidarse como el campeón absoluto.