Un reciente estudio realizado por investigadores de los Países Bajos sugiere que pasar tiempo jugando videojuegos podría estar relacionado con un aumento en la inteligencia de los niños. La investigación, publicada en la prestigiosa revista Nature en 2022, revela que los niños que dedican más de una hora al día a los videojuegos podrían ver un incremento de hasta 2,5 puntos en su coeficiente intelectual (CI).
Los científicos analizaron el rendimiento de 9,855 niños de 9 y 10 años en diversas tareas cognitivas, como comprensión lectora, procesamiento visual-espacial y actividades que evalúan la memoria, el autocontrol y el pensamiento flexible. Los resultados mostraron una mejora notable en aquellos que pasaban más tiempo jugando videojuegos.
Torkel Klingberg, neurocientífico y autor del estudio, destacó que los hallazgos refuerzan la idea de que el tiempo frente a las pantallas no necesariamente perjudica las capacidades cognitivas de los niños. “Jugar videojuegos puede ayudar a aumentar la inteligencia”, afirmó Klingberg en una entrevista con Science Alert. Sin embargo, también aclaró que la diferencia observada es pequeña y no suficiente para demostrar una relación causal, lo que implica que se necesita más investigación para comprender mejor este fenómeno.
¿Qué pasa con la televisión y las redes sociales?
El estudio también exploró el impacto de otras actividades en pantalla, como ver televisión y usar redes sociales. Según los datos recopilados, estas actividades no parecieron tener un efecto positivo ni negativo sobre la inteligencia de los niños, lo que abre un nuevo capítulo en el debate sobre cuánto tiempo frente a las pantallas es adecuado para los más jóvenes.
“Los medios digitales definen la infancia moderna, pero sus efectos cognitivos no están claros y son objeto de acalorados debates”, afirma el estudio. Los investigadores sugieren que futuros estudios con datos genéticos podrían ofrecer una mayor claridad sobre las influencias causales de las actividades frente a la pantalla.
Un estudio a gran escala
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores siguieron durante dos años a más de 5,000 niños que habían participado previamente en un seguimiento. En este periodo, aquellos que pasaban más tiempo jugando videojuegos mostraron una mejora de 2,5 puntos en su CI, por encima del aumento promedio observado en el grupo. Este hallazgo se centró específicamente en los videojuegos, mientras que otras actividades en línea no mostraron efectos significativos.
Limitaciones y próximos pasos
El estudio, aunque revelador, presenta algunas limitaciones, como los tamaños de muestra pequeños y la falta de control sobre factores genéticos y socioeconómicos. Además, los investigadores no abordaron el impacto del tiempo frente a la pantalla en aspectos como la actividad física, el bienestar emocional o el rendimiento escolar, por lo que estas áreas deberán ser exploradas en investigaciones futuras.
Klingberg y su equipo ahora planean investigar otros factores ambientales y cómo los efectos cognitivos se relacionan con el desarrollo cerebral en los niños.
Este estudio abre nuevas perspectivas sobre el impacto de los videojuegos en el desarrollo cognitivo infantil, aunque aún queda mucho por aprender sobre los efectos a largo plazo de las pantallas en nuestras mentes jóvenes.
