AGENCIA
XALAPA.- El campo veracruzano agoniza, y no por falta de recursos, sino por las redes de corrupción que se han tejido desde la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, Rural y Pesca (Sedarpa), que preside Evaristo Ovando Ramírez.
Años de promesas huecas han dado paso a negocios lucrativos para unos cuantos, mientras los productores enfrentan la ruina y el sector colapsa
En la Sedarpa, las oficinas han sido escenario de una “danza de favores”. Jóvenes mujeres han pasado de ser secretarias a proveedoras con contratos millonarios, sin experiencia que lo respalde.
Incluso se señala que varias de ellas ya tienen vínculos políticos con actuales diputados, consolidando esta red de influencias. ¿Es esta la “renovación” que necesita Veracruz?
Asimismo, la construcción de caminos para el sector productivo y las cámaras extractoras de miel han sido otro botín.
Empresas extorsionadas con mochadas del 30% han dejado obras inconclusas, mientras los recursos desaparecen. Todo esto ha quedado registrado por la Auditoría Superior de la Federación, que evidencia un daño patrimonial millonario.
Por otra parte, el ganado centroamericano se ha convertido en un negocio rentable para la Subsecretaría, la llegada masiva de estos ejemplares con controles sanitarios deficientes y colusión en las casetas de vigilancia, ha puesto en riesgo la certificación del ganado veracruzano. Esto no es casualidad: detrás de esta operación está el subsecretario de Ganadería, Humberto Amador Zaragoza, quien ya está siendo investigado por autoridades federales, acusado de que ha manejado este “negocio” como si fuera una empresa privada, dejando de lado la sanidad animal y el bienestar de los productores.
No bastando con saquear las arcas, funcionarios de la Sedarpa también están implicados en la tala ilegal, vendiendo madera en complicidad con autoridades de la Profepa. Este despojo ambiental añade otra capa de indignación al panorama.