AGENCIA
Seúl.- En un nuevo giro en la creciente tensión entre las dos Coreas, Corea del Norte ha cortado las líneas eléctricas instaladas por Corea del Sur para suministrar electricidad a un parque industrial conjunto, actualmente clausurado, en la ciudad fronteriza de Kaesong. Según informó el Ejército surcoreano, la medida representa un nuevo obstáculo en las ya deterioradas relaciones intercoreanas.
Desde el domingo, las autoridades surcoreanas detectaron a soldados norcoreanos retirando partes de las líneas eléctricas que conectan las torres de transmisión construidas a lo largo de la carretera Gyeongui, una infraestructura clave destinada a suministrar electricidad al Complejo Industrial de Kaesong. Los oficiales surcoreanos señalaron que estos actos podrían ser preparativos para la demolición de las torres, aunque, hasta el momento, no se ha confirmado que las estructuras hayan sido derribadas.
El complejo industrial de Kaesong fue inaugurado en 2004 como parte de un esfuerzo por fomentar la cooperación económica entre ambos países. Sin embargo, el suministro eléctrico ha estado interrumpido desde junio de 2020, cuando Corea del Norte destruyó una oficina de enlace conjunta ubicada en el complejo, como parte de su protesta por la falta de acción de Seúl para impedir que los desertores norcoreanos en el Sur enviaran panfletos criticando al régimen de Kim Jong-un a través de la frontera.
El corte de estas líneas eléctricas es solo el último movimiento dentro de una serie de acciones por parte de Pyongyang para aislar aún más a Corea del Sur y reforzar su postura de hostilidad hacia su vecino. A finales del año pasado, Kim Jong-un declaró a las dos Coreas como “estados hostiles”, marcando un giro en la política hacia una separación más pronunciada entre los dos países.
Desde ese momento, Corea del Norte ha intensificado sus acciones para borrar los rastros de los esfuerzos de unificación, lo que incluye la instalación de minas terrestres y barreras antitanque en las carreteras intercoreanas, además de reforzar el alambre de púas en su lado de la Zona Desmilitarizada (DMZ). El mes pasado, también hizo estallar su parte de las carreteras Gyeongui y Donghae, lo que refleja el esfuerzo de Pyongyang por distanciar aún más su territorio del sur.
Este último incidente subraya las crecientes tensiones en la península y la difícil situación de los esfuerzos de cooperación intercoreana, a medida que las relaciones entre Seúl y Pyongyang continúan deteriorándose. La comunidad internacional observa con preocupación estos desarrollos, que podrían tener repercusiones en la estabilidad de la región.