De la Redacción
El Buen Tono
Xalapa.- La administración del gobernador Cuitláhuac García Jiménez en Veracruz, será recordada como una de las más cuestionadas y decepcionantes de la historia del estado.
En lugar de encabezar una transformación real, García Jiménez deja una administración marcada por el nepotismo, la corrupción y el abandono de sus responsabilidades fundamentales.
Desde los primeros años de su gestión, los señalamientos de favoritismo hacia su círculo familiar y allegados se hicieron evidentes. Su gobierno de la “Cuarta Transformación”, terminó operando como una empresa familiar.
La asignación de cargos públicos a parientes cercanos y la acumulación de recursos en beneficio personal, fueron la norma.
El uso de empresas fantasmas para desviar fondos públicos fue distintivo de este gobierno, como el caso de una señora que limpiaba oficinas y tenía una empresa a la que le “pagaron servicios y obras por más de $120 millones” y que nunca investigaron ni dieron los resultados, pensando que se nos olvidaría.
Tampoco se olvida que Cuitláhuac García rentó patrullas, por tres años, a una empresa en Monterrey, de donde era el ex secretario de SP, Hugo Gutiérrez Maldonado, por las cuales pagó $1 millón 531 mil 523 por unidad, el doble de su precio si las hubiera comprado ($798 mil 800).
Además, las finanzas del estado quedaron en ruinas, dejando a Veracruz con carreteras destrozadas, una inseguridad descontrolada y una deuda de $65 mil 801 millones.
A medida que se lleva a cabo el proceso de entrega-recepción en las dependencias gubernamentales, el nerviosismo se hace palpable entre funcionarios salientes, pues no hay una sola oficina que se libre de irregularidades, y se teme que la “suciedad” salga a la luz en los próximos meses.
