La Habana.- La hija del agente de inteligencia cubano Gerardo Hernández, a quien liberaron hace dos semanas en el marco de un histórico anuncio de relanzamiento de las relaciones entre la isla y Estados Unidos, nació ayer martes.
A la bebé la concibieron por inseminación artificial mientras su padre se encontraba preso en Estados Unidos.
La liberación del agente formó parte de un ambiente de confianza y de los diálogos secretos que finalmente llevaron al presidente Barack Obama y a su colega cubano Raúl Castro a anunciar el 17 de diciembre la normalización de los nexos diplomáticos y la liberación por parte de La Habana del contratista estadounidense preso Alan Gross y por el otro el regreso a la nación caribeña de Hernández y otros dos agentes.
La esposa de Hernández, Adriana Pérez, de 44 años sorprendió a los cubanos quienes la vieron aparecer con un enorme vientre en el recibimiento a su esposo.
Ella fue una de las más activas entre los familiares que a lo largo de 16 años
reclamaban el regreso a Cuba de cinco agentes presos en 1998 y condenados a severas penas de prisión.
Hernández tomó las primeras fotos de la bebé y anunció que más tarde las compartirá con muchos de los seguidores de su causa, que se constituyeron en grupos de solidaridad a lo largo de estos años.
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