En un giro inesperado en el mundo del entretenimiento, la modelo Jenn An, quien participó en el programa ‘America’s Next Top Model’ en 2009, ha presentado una demanda contra el rapero Kanye West (ahora conocido como Ye), acusándolo de agresión sexual durante la grabación de su videoclip ‘In for the Kill’ en 2010. La demanda fue presentada el viernes pasado en un tribunal federal de Nueva York, donde An también señala a Universal Music Group y a la agencia Stink Digital USA por violar la Ley de Protección contra la Violencia de Género de la ciudad.
La gravedad de las acusaciones
Según los detalles de la demanda, An relata que el presunto incidente ocurrió durante la filmación del video musical en el emblemático Hotel Chelsea de Nueva York. La modelo asegura que West ordenó al equipo de rodaje que enfocara su rostro mientras él le asfixiaba la cara con ambas manos. Lo que supuestamente comenzó como una escena aparentemente inofensiva, rápidamente se transformó en una experiencia traumática. La demanda afirma que West le metió varios dedos en la garganta, moviéndolos de manera repetitiva, y la amordazó mientras gritaba: “Esto es arte. Soy como Picasso”.
An describe la escena como una mezcla de un fetiche BDSM y un video pornográfico, distando completamente de lo que uno podría esperar de una grabación musical. La modelo expresa en su denuncia que durante ese minuto de agresión, le costaba respirar y sintió que estaba a punto de desmayarse. Este acto ha sido calificado como una experiencia de violencia extrema, lejos de ser un simple recurso artístico como West lo había justificado.
La industria y el encubrimiento
Además de las acusaciones contra el rapero, An acusa a Universal Music Group de discriminación sistemática hacia las mujeres, señalando que la discográfica siguió trabajando con artistas con un historial documentado de acoso sexual y discriminación. Según la modelo, tanto Universal como otras figuras de alto nivel dentro de la industria de la música intentaron ocultar el incidente, sin aplicar ningún código de conducta a la situación.
La denuncia se enmarca en un contexto más amplio de comportamiento controversial de Kanye West. Este mismo año, el rapero fue denunciado por una exasistente por acoso sexual, incumplimiento de contrato y ambiente de trabajo hostil, mientras que en abril otro exempleado lo demandó por discriminación racial y acoso.
Este caso marca un nuevo capítulo en las controversias que han rodeado a Kanye West, mientras la industria musical y el público se enfrentan a preguntas sobre la responsabilidad de las discográficas en situaciones de acoso y violencia de género.