AGENCIA
Internacional.- La zafra de caña de azúcar 2024-2025 en América Latina avanza con desafíos significativos, marcados por la escasez de combustible, impactos climáticos y esfuerzos de modernización en los principales países productores. Desde Venezuela hasta Argentina, cada nación enfrenta un panorama complejo en este sector estratégico.
La Federación de Cañicultores (Fesoca) proyecta una cosecha de más de 5 millones de toneladas de caña, pero el suministro insuficiente de gasoil pone en riesgo las operaciones. Con apenas 70 mil litros entregados de los 40 a 45 millones requeridos, centrales clave como el Central Azucarero Portuguesa ya enfrentan dificultades.
El sector cañero, que administra 180 mil hectáreas y aporta etanol al mercado interno, enfrenta un déficit de diésel. La Confederación Nacional de Cañeros (Concabol) solicitó una reunión urgente con el Gobierno para abordar la situación, ya que se proyecta un aumento en la demanda de 220 millones de litros para la próxima zafra.
En la isla, las restricciones de combustible dificultan las labores. En Cienfuegos, el ingenio Antonio Sánchez busca producir 14 mil toneladas de azúcar pese al complicado contexto económico. El vice primer ministro, Jorge Luis Tapia Fonseca, supervisa los preparativos enfatizando la eficiencia y el uso óptimo de recursos.
El Ingenio Porvenir lidera un proyecto de autosuficiencia energética que incluye la renovación de calderas para generar 6 megavatios de energía, con excedentes para el Sistema Eléctrico Nacional. Su meta: producir 250 mil toneladas métricas de azúcar y 1,8 millones de galones de melaza.
En Tucumán, las temperaturas extremas en julio dañaron la calidad de la caña. Según CREA Cañaverales, la producción no superará los 17,5 millones de toneladas, una caída del 10%. Los productores enfrentan pérdidas económicas y problemas de planificación comercial.
Los retos en la zafra de caña de azúcar en América Latina reflejan la necesidad de fortalecer la logística, la modernización tecnológica y la resiliencia ante fenómenos climáticos. Las soluciones a estos problemas serán cruciales para mantener la competitividad de esta industria vital para las economías de la región.