En la madrugada del jueves, un grupo armado llevó a cabo un violento ataque contra la sucursal del Bancoop en Naranjal, una localidad del sureste de Paraguay. Los asaltantes, estimados en al menos diez personas, utilizaron explosivos para destruir gran parte de las instalaciones internas del banco, logrando sustraer alrededor de $350,000 en efectivo, entre guaraníes, dólares y reales, según informó Jorge Agustín Woitschach, gerente comercial de la entidad.
El ataque ocurrió pasada la medianoche. Los delincuentes llegaron en vehículos, dispararon al aire y detonaron una carga explosiva que dejó prácticamente inutilizable la sucursal. Además, bloquearon las principales entradas a la ciudad, arrojando clavos en forma de estrella para garantizar su huida.
El intendente de Naranjal, Edoard Schaffrath, describió el hecho como el primero de su tipo en esta tranquila localidad de 6,000 habitantes, que cuenta únicamente con seis policías para la seguridad del área. Según Schaffrath, el ataque fue “bien planificado” y no descartó que los asaltantes contaran con apoyo local.
Hacia las primeras horas de la mañana, uno de los vehículos utilizados en el robo fue encontrado sumergido en las aguas del río Yñaro, a unos 20 kilómetros del lugar del crimen, según un comunicado de la Policía de Alto Paraná.
Un patrón de ataques en la región
Este no es el primer robo de esta magnitud en la zona. En abril, un ataque similar ocurrió en el departamento de Itapúa, donde asaltantes utilizaron explosivos para saquear una sede del Banco Nacional de Fomento (BNF), llevándose cerca de $140,000. Las autoridades locales habían declarado la región en emergencia de seguridad tras este y otros episodios.
El violento asalto en Naranjal pone nuevamente en evidencia la creciente inseguridad en áreas fronterizas como Alto Paraná, colindante con Brasil, donde las operaciones criminales muestran un nivel alarmante de organización y violencia.
Las autoridades continúan las investigaciones para dar con los responsables de este ataque, que deja un saldo no solo económico, sino también un fuerte impacto en la seguridad de la comunidad.
