AGENCIA
Pekín.- El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha propuesto la aplicación de un arancel del 60 por ciento (%) a las importaciones provenientes de China, una medida que, según investigadores de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC) de China, tendría consecuencias negativas principalmente para la economía estadounidense.
Ding Yifan, investigador del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo Mundial, advirtió en conferencia de prensa que, de aplicarse este arancel, Estados Unidos sería el principal perjudicado debido a la alta dependencia del país norteamericano de productos terminados y semiterminados provenientes de China. Según Ding, Trump no está considerando adecuadamente las repercusiones de su propuesta.
Como ejemplo, mencionó la industria de misiles de Estados Unidos, que depende de insumos de alrededor de 2 mil empresas chinas. A esto se sumaría el desempleo que se generaría en sectores altamente vinculados con el comercio exterior y las cadenas industriales globales.
Por otro lado, Ding explicó que, aunque China sufriría ciertos efectos negativos debido a la imposición de aranceles, estos serían relativamente leves en comparación con el impacto para Estados Unidos. Aseguró que la demanda de productos chinos en el mercado estadounidense es estable, lo que no se vería obstaculizado por aranceles elevados.
De hecho, según el investigador, la primera ronda de aranceles impuesta por las administraciones de Trump no logró reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China. En 2018, el déficit comercial cerró en 418,232.9 millones de dólares, y en 2019, después de la escalada arancelaria, descendió a 279 mil 107.2 millones de dólares. Además, un estudio citado por Ding reveló que el 92% del costo de las tarifas fue absorbido por los consumidores estadounidenses, mientras que solo el 8% recayó en los exportadores chinos.
Por su parte, Dong Shaopeng, miembro del Comité Asesor de la Asociación de Valores, aseguró que existe una alta probabilidad de que China gane en un enfrentamiento comercial con Estados Unidos, ya que la potencia norteamericana necesita garantizar la calidad y el precio de los productos que importa de China.
No obstante, desde el lado chino, existe la voluntad de negociar, como ha quedado claro en las recientes negociaciones con la Unión Europea sobre vehículos de energía verde.
En cuanto a las medidas internas de China, los investigadores también presentaron el paquete fiscal aprobado el 8 de noviembre por el Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional, que contempla un apoyo de 10 billones de yuanes para aliviar la deuda local, estimular el consumo y la inversión, y mejorar la confianza en los mercados. Estas medidas incluyen políticas monetarias y fiscales activas, con un enfoque en el consumo, el apoyo a empresas y la estabilización del mercado inmobiliario.
Wu Sa, subdirector del Instituto de Economía de la Academia China de Investigación Macroeconómica, explicó que estas políticas contracíclicas buscan estabilizar el mercado inmobiliario y revitalizar el mercado de capitales para generar un efecto riqueza que fomente la confianza del consumidor. Se espera que los efectos de estas medidas sean más notables a partir de diciembre.
