Francia ha dado un paso importante en su apoyo a Ucrania al permitir el uso de los misiles de largo alcance suministrados a Kiev para atacar bases rusas desde donde se lanzan los ataques contra el suelo ucraniano. Este lunes, fuentes del Elíseo confirmaron esta autorización, dejando claro que la medida responde a la necesidad de Ucrania de defenderse de los ataques constantes de Rusia, sin que se considere una escalada del conflicto.
Este anuncio se produce tras las informaciones de que Estados Unidos también habría decidido permitir a Ucrania disparar misiles de largo alcance fabricados en América hacia objetivos dentro de Rusia. En este contexto, la presidencia francesa destacó que los misiles de crucero SCALP, que Francia ha enviado a Ucrania, pueden ser utilizados exclusivamente contra objetivos militares rusos que amenazan directamente a Ucrania. Estos misiles, similares a los Storm Shadow proporcionados por el Reino Unido, tienen un alcance de hasta 1.000 kilómetros, lo que les permite alcanzar objetivos distantes dentro de territorio ruso.
El presidente francés, Emmanuel Macron, había anunciado la entrega de estos misiles en la cumbre de la OTAN en Vilna en julio de 2023, y en una declaración realizada en mayo de 2024 en Alemania, subrayó que esta medida no buscaba “una escalada” con Moscú. Macron defendió la decisión señalando que es Rusia la que ha tomado acciones agresivas, y que Ucrania tiene derecho a proteger sus ciudades y su soberanía. “¿Cómo le explicamos a los ucranianos que tienen que defender sus ciudades, si les decimos que no pueden responder a los ataques con las armas que les proporcionamos?”, cuestionó Macron, reafirmando el derecho de Ucrania a defenderse.
Con la autorización de Francia, Ucrania cuenta ahora con una herramienta más en su arsenal para enfrentar los ataques rusos. La comunidad internacional sigue vigilando de cerca cómo evolucionan estos movimientos, conscientes de que cada paso dado en el conflicto tiene potenciales repercusiones geopolíticas significativas.
Este cambio en la política francesa refleja una tendencia creciente en el apoyo internacional a Ucrania en su lucha contra la invasión rusa, pero también subraya los límites y las precauciones que los aliados de Kiev están tomando para evitar una mayor expansión del conflicto. La situación sigue siendo compleja, y el balance entre el apoyo a Ucrania y la contención de la escalada bélica se mantiene como uno de los desafíos más críticos de la guerra.