Sandra González
El Buen Tono
Orizaba.- La región de las Altas Montañas, que tantas veces es motivo de orgullo por su belleza y tradición, también enfrenta episodios que opacan su alegría como son hallazgos de fosas clandestinas, asaltos y accidentes que entristecen a sus habitantes. Sin embargo, en medio de estos momentos difíciles, la fe sigue siendo un pilar fundamental, así lo expresó el obispo de la diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino.
En el marco del final del año litúrgico y la Jornada Mundial del Pobre, mencionó que “a veces se apaga la alegría cuando sabemos que levantaron a alguien o que hubo un accidente terrible, pero que la gracia del Señor nos permite, en medio de todas las dificultades, saber que Él nos acompaña y vence al mal”, señaló durante su mensaje dominical.
Solicitó recordar que “somos de paso” y que la meta final es el cielo, sin embargo, insistió en que, mientras llega ese momento, “podemos adelantarlo en la tierra viviendo los valores del Evangelio, a veces con dificultades, pero siempre con esperanza”.
Desde la catedral de San Miguel Arcángel, reflexionó sobre la necesidad de construir un mundo más humano y fraterno, cuidándonos unos a otros y respetando el medio ambiente.