AGENCIA
Calcahualco.- La tala clandestina en Nuevo Jacal, dentro del Parque Nacional Pico de Orizaba, se ha intensificado y convertido en una actividad cotidiana, confirmó el director del Área Natural Protegida (ANP), Raúl Álvarez Oseguera.
Explicó que en el pasado el robo de madera era controlado, con casos aislados de extracción de uno o dos árboles para obtener leña o tablas, pero la situación cambió desde que los huachicoleros comenzaron a refugiarse en el área y encontraron en la tala una actividad complementaria.
Destacó que, aunque inicialmente el nivel de tala era bajo, el vacío de autoridad durante la pandemia permitió que la práctica creciera y se afianzara.
La tala se focalizó en el municipio, especialmente en Nuevo Jacal, donde la devastación de los bosques es crítica.
“La tala es ya una actividad diaria, sin duda”, expresó.
Subrayó que, pese a los esfuerzos de coordinación para frenar esta actividad, no se ha logrado reducir significativamente su impacto ambiental.
“Los bosques siguen siendo cada vez más devastados”, agregó la fuente.
La creciente deforestación comenzó a generar tensión entre las comunidades locales que valoran los bosques por su importancia en la conservación del agua, una necesidad fundamental para la región.
Los lugareños demandan la presencia de fuerzas federales para disminuir esta actividad ilegal.
