AGENCIA
Guerrero.- La reciente aparición de la diputada local de Morena en Guerrero, Citlali Téllez, quien presumió su lujoso vehículo Tesla Cybertruck, ha generado controversia en medio de una ola de violencia que azota a la entidad. La legisladora, originaria del Distrito 19, que comprende municipios como Heliodoro Castillo, Leonardo Bravo y Eduardo Neri, mostró su vehículo, valuado en aproximadamente 2 millones de pesos, en un recorrido en Chilpancingo, la capital del estado.
Lo que ha indignado aún más a la ciudadanía es que Téllez no solo hizo alarde de su vehículo de alta gama, sino que además vinculó su propiedad a un personaje “adinerado” de Tlacotepec, municipio de donde proviene el grupo criminal “Los Tlacos”, en conflicto con “Los Ardillos” por el control de la plaza en Guerrero. La diputada no mostró reparos en presumir su lujoso coche mientras las calles de Chilpancingo se encuentran marcadas por la violencia, con hechos como el reciente asesinato y decapitación del alcalde Alejandro Arcos, quien tenía solo unos días en el cargo, así como los asesinatos de otros dos funcionarios y el hallazgo de cuerpos desmembrados de comerciantes secuestrados por el crimen organizado.
La transmisión en vivo realizada por Téllez a través de sus redes sociales, en la que aceleraba su Tesla mientras bromeaba con su acompañante, diciendo “¿Les decimos que nos reporten?”, provocó una ola de críticas. Al parecer, la legisladora no tuvo consideración por el clima de inseguridad y temor que prevalece en la región, y mucho menos por las víctimas de la violencia que enfrentan a diario los habitantes de Guerrero.
La diputada no solo mostró una falta de empatía ante la situación que vive la población, sino que también generó cuestionamientos sobre el origen de su fortuna, en un estado que se caracteriza por la pobreza y por ser un escenario constante de enfrentamientos entre grupos criminales. La ostentación de bienes de lujo por parte de figuras políticas, en medio de una crisis de seguridad y justicia, refleja una desconexión alarmante entre las autoridades y la realidad que enfrentan los ciudadanos guerrerenses.
Es urgente que las autoridades locales y nacionales reflexionen sobre cómo la clase política se muestra ante un pueblo que vive en constante peligro, y que además se cuestionen los vínculos y procedencia de la riqueza de quienes, en teoría, deben trabajar por el bienestar común.