Este miércoles, Cuba quedó nuevamente a oscuras tras un apagón general ocasionado por el huracán Rafael, un fenómeno natural de categoría tres que actualmente azota la isla con vientos sostenidos de 185 km/h. La Unión Eléctrica de Cuba informó en la red X que las condiciones extremas provocaron una desconexión total del sistema eléctrico nacional. Este evento se produce apenas dos semanas después de que el país experimentara cuatro días de apagón debido a fallas en las plantas termoeléctricas y a la falta de combustible, agravando aún más la crisis energética que vive la isla.
El huracán Rafael se encontraba a 75 kilómetros al suroeste de La Habana, según el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, que advirtió sobre posibles marejadas ciclónicas, vientos huracanados e inundaciones peligrosas en el oeste de Cuba. Esta situación recuerda el paso del ciclón Oscar, el cual dejó ocho muertos y un prolongado apagón en septiembre, dejando secuelas de destrucción e inseguridad para miles de cubanos.
Para muchos habitantes de La Habana y las provincias de Artemisa y Pinar del Río, la situación es desesperante. Miles de personas fueron evacuadas de las zonas costeras, y en la capital de dos millones de habitantes, comercios y gasolineras permanecen cerrados. “No hay ni un alma aquí”, comentó Marisol Valle, una residente de Guanimar, mientras intentaba rescatar sus muebles antes de que las olas inundaran su hogar.
El impacto de Rafael golpea en un contexto de crisis económica, donde la escasez de alimentos, medicinas y una inflación descontrolada ya desestabilizan a la isla. El presidente Miguel Díaz-Canel ha asegurado que mantiene contacto con las provincias más afectadas, y el Consejo de Defensa Nacional se ha activado para gestionar la emergencia, suspendiendo clases y operaciones aéreas en el occidente cubano, incluyendo los aeropuertos de La Habana y Varadero.
Cuba enfrenta una tormenta económica, social y climática sin precedentes, con apagones crónicos y un sistema energético cada vez más frágil. La recuperación de la electricidad, como advirtió el ingeniero Lázaro Guerra, dependerá de la magnitud de los daños que provoque el huracán, un pronóstico incierto para un país que sigue acumulando sombras en su horizonte.